La ventaja de no esperar nada de nadie es que no sufres luego desilusiones. La falta de expectativas tiene eso de bueno, que no esperas que se cumpla ninguna circunstancia. Pues eso más o menos es lo que me pasa a mí desde hace un tiempo con la carrera de Canelo, y también de los que se prestan a defenderlo o promocionarlo ya sea gratis o por un pago. Este último sábado tuvimos el encuentro de Jermell Charlo y Canelo Álvarez, un pleito que a mi en lo personal no me interesaba nada, igual que los últimos que ha tenido el mexicano.
Como bien saben ustedes, lleva ya cuatro combates peleando contra todos menos contra los boxeadores que son sus retadores mandatorios en las 168 lbs Lleva años evitando a Benavidez, cosa que ya lo saben hasta en la Luna, por más justificaciones y excusas que pongan. Pero bueno, hablando un poco de esta última pelea, teníamos a un Charlo que tenía que subir dos divisiones de golpe, cuando llevaba toda la vida peleando en el mismo peso, en superwelter. Y encima no es que Jermell sea un noqueador brutal ni siquiera en 154 lbs. En definitiva, la pelea no tenía sentido alguno desde el punto de vista boxístico.
Lo curioso es que cuando Canelo elige a un púgil para enfrentarlo siempre montan la parafernalia mediática para justificar ese combate. Llega hasta tal punto que al final ves a un montón de fanáticos defendiendo lo indefendible y excusando comportamientos que con otros púgiles no harían. Ya hemos visto muchas veces como Canelo ha elegido a rivales poniéndo cláusulas de rehidratación, o subiendolos dos o tres divisiones de golpe sólo para enfrentarlo.
Siempre el resultado es el mismo, un esperpento de espectáculo, donde el boxeador que llega disminuido físicamente se dedica simplemente a intentar aguantar y luego cobrar su buena paga. Algunas veces arriesgando de más su integridad, como cuando Amir Khan cometió la gran imprudencia, siendo un superligero subió a peso medio a pelear con Canelo. Acabó noqueado de mala manera, y gracias a Dios se recuperó, pero después de aquello se pegó dos años sin boxear y cuando volvió se notaba que aquel KO lo dejó marcado psicológicamente.
Como he visto esa película muchas veces ya, y no sólo en las peleas de Canelo, sino con otros boxeadores también, pues yo no tenía ninguna esperanza en que el Canelo vs Jermell fuera una pelea competitiva. Por ello ni me molesté en verla en directo. Al final, no me equivoqué y pasó exactamente lo que esperaba. La gente debe entender que si en boxeo existen los pesos es por algo, y que una cosa es que tu te veas bien físicamente y otra que estés en tu peso óptimo para boxear. Muchas personas que nunca han visto boxeo, o que nunca han entrenado piensan que lo de las divisiones es una broma, y que aquí uno puede subir dos o tres divisiones de golpe como si nada.
Salvo en muy contadas excepciones un boxeador irá subiendo de categoría progresivamente cuando ya le vaya costando dar el peso en la división en la que se encuentra. Incluso es muy común que los púgiles al subir de división no vayan directamente contra los mejores, muchas veces, sobre todo cuando hablamos de pesos ya por encima del welter , el boxeador necesita adaptarse a esa nueva categoría.
Por ejemplo, el mismo Canelo lo ha hecho así. El no subió directamente del welter al peso supermedio. Nunca haría eso, porque eso es una desventaja clara. Pero en fin, como pasa todo en la vida, el negocio funciona mientras que haya gente que quiera pagar aunque el producto sea malísimo. Porque en el caso de las veladas de Canelo hasta el respaldo suele ser malo y sin alicientes. Lo único bueno que podemos destacar de todo esto es que ya pasó y al menos por unos meses podremos centrarnos en ver peleas de verdad.