El brasileño Éder Jofre, una de las leyendas mundiales del boxeo, ex campeón mundial de peso gallo y pluma considerado por muchos como el mejor peso gallo de todos los tiempos y quien nunca cayó a la lona, murió este domingo a los 86 años.
Jofre, según relató su familia a medios deportivos, murió por una septicemia urinaria y una infección renal aguda en una clínica del municipio de Embu das Artes, en la región metropolitana de Sao Paulo, a donde estaba internado desde marzo pasado para tratarse de una encefalopatía traumática crónica.
Hijo del ex pugilista argentino José Aristides “Kid” Jofre (1907-1974), Éder se enfundó los guantes al ver la frustración de su padre, ya como entrenador, de no poder consagrarse como campeón a un cuñado suyo y le prometió a su progenitor que nunca caería a la lona.
Antes de dar el salto como profesional, Jofre disputó en Australia los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956 y perdió por decisión de los jueces su segundo combate ante el chileno Claudio Barrientos, al que venció en una revancha ya cuando ambos eran profesionales.
El 18 de noviembre de 1960 Jofre venció por nocaut en seis rounds al mexicano Eloy Sánchez y obtuvo el título vacante de la National Boxing Association (1921-1962) hoy conocida como la WBA en un combate celebrado en el histórico Olympic Auditorium en Los Ángeles.
Una de las grandes victorias en un país en el que el boxeo no era popular, fue recibido a su regreso como un héroe nacional y desfiló en un auto hasta su casa en el Parque Peruche, al norte de Sao Paulo. en una fiesta que incluyó importantes políticos y escuelas de samba.
En 1964 fue el protagonista de la primera pelea por un título mundial en Colombia. Fue el 24 de noviembre de ese año, en Bogotá, ante el local Bernardo Caraballo, a quien derrotó después de siete asaltos.
En una polémica decisión, Jofre perdió el título en 1965 ante el japonés Masahiko Harada y en la revancha, un año después, también fue derrotado por criterio de los jueces, pero nunca sin caer a la lona y mucho menos forzar el conteo del árbitro como prometió a su padre.
Después de un receso de tres años, Jofre volvió al cuadrilátero y en 1973 conquistó en Sao Paulo el título mundial de la categoría pluma del WBC ante el cubano-español José Legra.
Al año siguiente, abatido por la muerte de su padre y tras defender con éxito el cinturón ante el mexicano Vicente Saldívar, el brasileño decidió retirarse aún siendo monarca.
En su palmarés de 81 combates, con 75 victorias (55 por nocaut), cuatro empates y las dos cuestionadas derrotas por decisión, Jofre tiene el récord de nunca haber caído a la lona en toda su carrera.
Su nombre figura en los Salones de la Fama de Canastota, en Nueva York, y de California, al que fue incorporado en 2021, y en ambos aparece al lado de Muhammad Alí, Joe Louis, Rocky Marciano, George Foreman y Sugar Ray Leonard, entre otros grandes del boxeo mundial.
La vida del pugilista fue llevada al cine en el documental “Quebrando a cara” (1986), de Ugo Giorgetti, y en “10 Segundos para vencer” (2018), de José Alvarenga Júnior y protagonizada por Daniel de Oliveira.
Jofre, que se hizo vegetariano a los 20 años, atribuyó su longevidad a su estilo de vida saludable y activo, diciendo que evitaba fumar y beber.
“Eder Jofre fue un ícono del deporte brasileño e internacional. Después de su participación en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956, abrió el camino para una historia muy exitosa del boxeo brasileño. Su legado aún se observará por generaciones y sus logros seguirán inspirando”, dijo Paulo Wanderley, presidente del Comité Olímpico Brasileño.
