“The Blade” un guerrero que siempre brindó grandes shows
“The Blade” (La cuchilla), como se lo conocía en su época de gloria, fue uno de los grandes Guerreros que animaron las carteleras de boxeo desde fines de los ‘80s a finales de los ‘90s. Su carrera se extendió desde 1982 a 1999, fue un boxeador sin grandes dotes técnicas pero con una garra y stamina de otro mundo, muy fuerte, con una recia pegada en ambas manos, sin ser un noqueador explosivo, todo el que subiera a un cuadrilátero ante Iran, sabía que tendría por delante una ardua y dura noche, desde la campana inicial, hasta el último segundo.
Barkley era una máquina de avanzar, presionar y tirar golpes con muy malas intenciones, es verdad que su defensa no era muy buena, ni su juego de piernas tampoco, pero su poder físico y asombrosa resistencia a los golpes (podía resistir casi todo lo que le tiraran), lo hacían un rival de sumo cuidado. Nacido en el barrio del Bronx, New York, un 6 de Mayo de 1960, y siendo el menor de ocho hermanos, en una muy humilde familia de clase baja que vivían en el tradicional barrio neoyorquino, el barrio más “áspero” de la gran Manzana, su infancia fue muy dura y llena de falencias.
Casi siendo un niño se unió a una pandilla, los célebres “The Black Spades”, a los 13 años comenzó a boxear, impulsado por una de sus hermanas mayores que también boxeaba, como amateur lo hizo muy bien, ganando muchas peleas y varios títulos y medallas, incluso llegó a coronarse finalista (medalla de bronce), en los campeonatos mundiales amateur de 1982, en Munich, Alemania. Ese mismo año, al regresar a su país, se volvió profesional. Creo que muchos se equivocan en no darle a Barkley el lugar que merece, él era lo que acá en “Golden era” llamamos un Pitbull, uno de esos Guerreros que no se desaniman ante ningún desafío ni rival, que no dudan en enfrentarse a los mejores, sin esquivar a nadie… ¡y vaya si lo hizo!
En su carrera le tocó una época con tremendos boxeadores, se subió a un Ring frente a Sumbu Kalambay, Michael Nunn, Michael Olajide, Thomas Hearns (dos veces), Roberto Durán, James Toney, Nigel Benn, Darryl Van Horn, Gerrie Coetzee, Trevor Berbick, entre muchos otros. Fue campeón mundial en 160, 168 y 175 lbs, y en sus últimos años terminó combatiendo como pesado… casi nada ¿no? Y todo ello siendo un boxeador técnicamente limitado y sin una gran promotora atrás apoyándolo, siempre fue a las peleas como el supuesto perdedor, pero muchas veces bajó como ganador, conoció la gloria, la fama y dejó un gran legado tras su nombre.
Desde su debut como rentado en 1982 hasta su primera oportunidad por un título mundial en 1987, construyó una sólida carrera, con un récord de: [22(14KO)-3]. En Octubre del ‘87 enfrenta en Italia al campeón mundial mediano WBA, Sumbu Kalambay, se ve superado técnicamente y cae derrotado en 15 asaltos tras una amplia UD. Un año después, da la sorpresa del año (Upset of the Year, por la revista The Ring), al vencer por KO en la tercera ronda a la leyenda Thomas Hearns, quien venía ganando claramente los dos primeros asaltos y para el tercero, ya casi era una paliza, Barkley estaba cortado sobre los ojos y en un labio, apenas podía frenar el tremendo ataque de Tommy a su zona baja, pero sobre el final del asalto, cuando todos esperaban en cualquier momento el KO de parte de Hearns, en un descuido de este, Barkley lo alcanza de lleno con una derecha voleada y cuando esté comienza a caer, lo vuelve a conectar de lleno en la barbilla con otra mano.
“The Hitman” logra incorporarse, pero muy lastimado y tras una andanada de golpes de Barkley, Richard Steele (el árbitro), detiene la pelea, había un nuevo campeón mundial. En su primera defensa “The Blade” pierde la corona por decisión SD en 12 rondas, ante el interminable Roberto Durán, en una magnífica pelea, muy cerrada y pareja, pero dónde el gran panameño a sus 37 años y con una clara inferioridad física, ya que por naturaleza era un hombre al menos cuatro categorías menor que Barkley, da una exhibición de boxeo y de todo su arsenal de recursos y coraje, es elegida “Pelea del Año” en 1989. Seis meses después disputará el mundial mediano IBF ante el fenomenal Michael Nunn, perdiendo en una ajustada MD, en un tremendo combate.
Tras ello, un año después iría por el mismo título pero en versión WBO, peleando en Las Vegas, ante el temible Nigel Benn, la pelea dura solo tres minutos, siendo uno de los más tremendos primeros asaltos que se recuerdan, en el cual ambos logran lastimarse y ponerse en malas condiciones. Barkley cae tres veces y aunque en la tercera se levanta aún en condiciones de seguir, la pelea es detenida por la regla de las tres caídas. Así Benn se impone en esta guerra de titanes. Luego de varias victorias y rehacer su carrera, derrota a Darrin Van Horn y logra el título FIB supermedio; vuelve a enfrentarse a Hearns, esta vez en 175 lbs, en Marzo de 1992, por la corona WBA en poder del de Detroit.
En esta oportunidad el combate es mucho más parejo, ya que por naturaleza Barkley era más grande físicamente que Hearns y en 175 lbs se sentía mucho más cómodo. Ambos dan un gran combate, muy parejo, durísimo, tras 12 extenuantes asaltos, un juez ve ganador a Tommy por un punto y otros dos a Barkley por uno y dos puntos respectivamente, así que nuevamente Iran se impone ante un frustrado Hearns, que creía esta vez haber ganado. Aquí es cuando Barkley comete un gravísimo error, en lugar de mantenerse en ese peso, renuncia a la corona, baja a 168 lbs a defender su título ante James Toney, la bajada lo debilita un poco y el estilo de Barkley le cae como anillo al dedo a Toney, quien estaba en su mejor momento y era un púgil brillante en todos los aspectos.
De esta forma Toney le da una clase magistral de boxeo, una paliza descomunal, juega con él, hace lo que quiere ante un frustrado y desencajado Barkley que no podía creer que no pudiese aterrizarle un golpe limpio a Toney, que dicho sea de paso tuvo una de las mejores defensas de la historia. Su estilo “Old school” logró no solo evitar todo arresto ofensivo de Barkley, sino que se cansó de pegarle todas las combinaciones y golpes que tiró, lo cual hizo que para el noveno asalto el rincón retire al boxeador del Bronx, cuyo rostro era una masa informe de sangre y carne lacerada, mientras Toney lucía como si hubiese hecho un entrenamiento ligero. El relator de ESPN Barry Thompkins, dijo tras el combate: “La pelea que James Toney hizo ante Iran Barkley, creo es lo más cercano a la perfección que se puede estar cuando hablamos de un encuentro de boxeo”.
En los siguientes dos años alterna victorias y derrotas, sus mejores años ya habían quedado atrás, engorda unos kilos y ya comienza a pelear en crucero y pesados, pues no puede dar más las 175 lbs. En ese peso ya estaba en desventaja y la edad no ayudaba, pasaba los 35 años y las durísimas peleas de su carrera le habían dejado también su marca. Entre 1996 y ‘97 vive un resurgimiento de su carrera, enhebrando ocho victorias consecutivas, la más resonante y su último gran combate, una victoria por TKO en 10 ante el otrora campeón mundial pesado, el sudafricano Gerrie Coetzee. De allí hasta su retiró, tendrá más derrotas que triunfos, pero peleando en peso pesado y entre los 38 y 40 años, no se podía esperar otra cosa. Finalmente colgó los guantes el 31 de julio de 1999. Esta fue parte de la historia de un gran guerrero del cuadrilátero.