Ramirez vs. Shimizu tendrá lugar el 25 de julio en el Ariake Arena de Tokio. La pelea es la coestelar de la pelea por el título de peso supergallo de Stephen Fulton vs. Naoya Inoue WBC y WBO, como parte de un espectáculo que se transmitirá en vivo por ESPN+ en los EE. UU.
El tramo de 115 días entre peleas está en línea con el ritmo de carrera de Ramírez hasta el momento. Ni la pandemia ni una derrota en su debut profesional han impedido que el exportero cubano lleve ni siquiera seis meses sin pelear. Ramírez regresó al ring tres meses después de una sorprendente derrota ante Adan Gonzales en su primera pelea profesional en agosto de 2019.
Cuando se enfrentaron en una revancha de julio de 2020, Ramírez ya ganó tres peleas seguidas mientras que Gonzales no peleó en absoluto. Ramírez se impuso por blanqueada en seis asaltos como parte de su actual racha de doce victorias consecutivas.
El período inactivo más largo que ha visto hasta ahora fue de 161 días entre una victoria por nocaut en diciembre de 2020 sobre Brandon Valdez, que fue su quinta pelea de 2020 y la cuarta en seis meses mientras estuvo en la burbuja de MGM durante la pandemia, y una victoria por puntos en mayo de 2021 sobre Ryan Lee Alan. Esperó 154 días desde su nocaut en el noveno asalto sobre José Matías Romero el 29 de octubre pasado, su tercera pelea de 2022, hasta su esfuerzo por ganar el título sobre Dogboe.
“Sabemos la importancia de estar activos. Ese siempre fue nuestro objetivo”, dijo Ramírez a BoxingScene.com. “Siento la diferencia cuando pasamos demasiados meses entre peleas”.
“Había una oportunidad de conseguir esta pelea y fecha, así que nos lanzamos”.
“No sufrimos ningún daño en nuestra última pelea, no fue muy físico ni agotador para mi cuerpo. Así que fue una obviedad volver de inmediato. Poder pelear en Japón por primera vez como aficionado o profesional fue la guinda del pastel”.
