Por Diego Castro
En su Congreso de 2019, en Hawaii, el Consejo Mundial de Boxeo aprobó la etiqueta de “Campeón Franquicia”. Antes de haber explicado siquiera de qué se trataba, Mauricio Sulaimán anunció que Canelo Álvarez era designado primer campeón franquicia del organismo. Inmediatamente comenzaron a surgir las preguntas: ¿Cómo se otorga ese título? Sulaimán dijo que “el WBC puede otorgarle esta distinción a un campeón mundial, de elite, que ha alcanzado y mantiene la máxima altura en el deporte”. Dicho más claro: el WBC elige a dedo quién es franquicia y quién no. Segunda pregunta: ¿Se puede ganar en el ring? No, sólo se puede otorgar a un boxeador designado con la aprobación de un tercio de la Junta de Gobernadores del WBC.
Tercera pregunta: ¿Se puede perder en el ring? No. “El WBC dispone de un Cinturón Diamante para las peleas del campeón franquicia; si éste pierde, su rival se lleva el Cinturón Diamante y se convierte en retador mandatorio de la división, pero no obtendrá la condición de franquicia”. En pocas palabras: se trataba de un título que no se podía ganar ni perder arriba de un ring. ¿Qué beneficios tiene el campeón franquicia? En primer lugar, al retirarse, será nombrado Campeón Emérito del WBC. Está bien, pero para eso no necesitaban inventar un título nuevo. En segundo lugar -y acá viene lo bueno- el campeón franquicia “gozará de un estatus especial en cuanto a sus defensas mandatorias y a tener varios títulos, incluso en peleas de otros organismos”.
Es decir: el campeón franquicia no está obligado a tomar sus mandatorias y puede pelear contra quien le dé la gana, cuando le dé la gana. ¿Qué gana el WBC nombrando un campeón franquicia? La regla 3.26 dice que el campeón franquicia representa al organismo en “todas sus peleas”. Por lo tanto, de este modo el WBC se aseguraba de recibir el jugoso canon de todas las peleas (en este caso de Canelo), aunque éstas estuvieran sancionadas por otros organismos. Después de todo, una franquicia no es más que la autorización para usar una marca a cambio de una remuneración económica. En este caso, al campeón franquicia se le permite usar el nombre del WBC como le venga en gana, a cambio de una tajada mayor de sus ingresos.
En octubre de 2019, fue designado un nuevo campeón franquicia: Vasyl Lomachenko. El ucraniano manifestó: “Estoy muy agradecido y comprometido a hacer una buena representación de este organismo”. Ahí está el explícito reconocimiento de que el campeón franquicia se convierte en un representante del WBC. Cuando se le preguntó si la etiqueta de franquicia no era una licencia para que el boxeador haga lo que quiera, Sulaimán respondió: “Consiste en otorgar mayor flexibilidad para elegir las peleas que le convienen al peleador, que se supone que son las que el público merece”. Sin embargo, a ojos de la mayoría el nuevo título era un seguro que garantizaba que los boxeadores “best-sellers” no deban poner en riesgo su potencial comercial a causa de una mandatoria peligrosa.
Las críticas en los medios especializados y en las redes sociales no tardaron en escucharse; y alcanzaron niveles insostenibles cuando Deontay Wilder rechazó la designación diciendo: “No estoy interesando. Quiero tomar mis mandatorias. Los hombres trabajan duro para llegar a ser el retador obligatorio y yo no quiero quitarles eso. No quiero quitarle emoción al Boxeo”. De esta tensa situación se valió Top Rank para presionar al WBC, exigiendo que Teófimo pudiera disputar la franquicia en su pelea con Lomachenko. Y así fue, el WBC modificó el estatuto y López pudo convertirse en un nuevo campeón franquicia. Finalmente, en marzo 26 de 2021, Juan Francisco Estrada fue el último beneficiado por el dedo caprichoso del Consejo.
Mientras tanto, nosotros estamos siendo testigos de cómo cada vez más boxeadores pueden dejar de respetar sus obligaciones, al tiempo que nuevas fuentes de ingresos engordan las arcas del WBC. En conclusión, podemos decir que la etiqueta de Franquicia nació como una suerte de título honorario rentado, que no podía ganarse ni perderse, lo cual era un contrasentido que rayaba lo ridículo. Pero cuando parecía que ya no podía empeorarse, el WBC lo modificó y lo convirtió en un título con un marco legal diferenciado, que les permite a algunos boxeadores hacer cosas que el resto no tiene permitidas, otorgándoles una clara ventaja deportiva. Bienvenidos al Favoritismo, cortesía del Consejo Mundial de Boxeo.