La pelea originalmente programada entre Emanuel Navarrete y Oscar Valdez fue catalogada como un contendiente imperdible a Pelea del Año.
Una lesión sin curar obligó a Valdez a salir de la pelea por el título vacante de peso superpluma de la WBO del 3 de febrero, aunque Navarrete aún se encontraba en una pelea infernal con el oponente de reemplazo Liam Wilson. Ambos peleadores dieron en el clavo, con Navarrete finalmente forzando el paro en el noveno asalto de lo que muchos inmediatamente aclamaron como uno de los primeros contendientes a Pelea del Año en el Desert Diamond Arena en Glendale, Arizona.
Entre los pocos que no estaban de acuerdo con esa evaluación estaba el vencedor de la noche.
“Para ser honesto, no lo consideraría entre los candidatos a Pelea del Año”, admitió Navarrete a BoxingScene.com. “Fue una pelea difícil y me sorprendió cuando pudo derribarme por primera vez en mi carrera”.
“Con todas las grandes peleas que hemos tenido este año, siento que nuestra pelea se queda corta”.
“Estoy seguro de que todo el mundo cree que esta pelea tiene el potencial para convertirse en la pelea del año”, reconoció Navarrete. “Nuestros estilos hacen que sea una elección natural. Tenemos mucha competencia… mucho por lo que estaré a la altura”.
“Lo que obtuve de esa pelea con Liam Wilson fue mucha experiencia y me permitió superar el tipo de adversidad que nunca antes había enfrentado”, afirmó Navarrete. “Me preparará aún más para esta pelea contra Valdez”.