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Amir Khan, un guerrero eternamente infravalorado

Amir Khan, un guerrero eternamente infravalorado

 

Por Javier “El Lobo”   

 

Vivimos en una época en la que cuesta ver que los mejores se enfrenten contra los mejores, donde los intereses económicos predominan por encima de lo deportivo y los promotores mueven a los peleadores de sus establos como fichas de ajedrez en un juego en el cual pareciera que el objetivo es alcanzar la supremacía cuasi monopólica. Esto ocurre tanto con promotores como con organismos, al punto en que se han creado cinturones de todo tipo y llegando a haber hasta cinco o más campeones en una sola división y por organización, dando la oportunidad de disputar una corona a boxeadores mediáticos pero sin algún mérito boxístico que les de ese derecho, y denigrando así el mérito de convertirse en campeón del mundo. 

 

Lo anteriormente expuesto aplica para muchos boxeadores mediáticos de hoy día y ha aplicado para boxeadores mediáticos anteriormente, siendo el pionero de este modelo de negocios Floyd Mayweather Jr, y responsable directo junto con los directivos de organismos y promotores de que el boxeo se encuentre en esta penosa situación hoy día. Pero esto sin duda no aplica para el avecindado en Londres, medallista olímpico a los 17 años de edad y de raíces pakistaníes, el  inglés Amir “King” Khan, ex campeón mundial. 

 

Al que diferentes medios especializados se han cansado de crucificarlo por su “quijada de cristal”, pero que a pesar de esa enorme área de oportunidad que es casi como una muerte deportiva segura en el boxeo, ha sabido compensarlo con un boxeo exquisito y refinado, herencia de su paso por el amateurismo, una velocidad de manos asombrosa y una buena contundencia de golpes, en los cuales llega a conectar hasta siete u ocho golpes por combinación, un dominio del ring absoluto y un coeficiente boxístico sumamente elevado.

 

Pero sobre todo lo que nunca jamás se le podrá reprochar a Khan es haber rehuido a una pelea o escogido a algún rival, y para muestra de ello es que los compromisos que ha perdido en su carrera (la mayoría de ellos por la vía rápida), lo ha hecho ante dignos exponentes como el entonces invicto Bredis Prescot, una decisión controversial y apretada ante Lamont Peterson, un KO ante Dany García, y dos más ante la elite del boxeo, no solamente de sus divisiones  sino del boxeo mundial, al subir a peso mediano a medirse nada más y nada menos que ante Saùl Canelo Álvarez, a quien le dio una clase de boxeo y rapidez durante los primeros asaltos antes del trepidante KO que sufriera por pelear en una división que no era la suya; o ante Terence Crawford con el que se le vio ya sin la menor oportunidad.  

 

Khan jamás ha rehuido a una pelea y fue el mismo el que estuvo persiguiendo a Mayweather por mucho tiempo, reuniéndose incluso con la que en aquel entonces era secretaria de estado durante la administración Obama, Hillary Clinton, para que diera su visto bueno de la pelea y ayudara a presionar para que esta sucediera. Khan en aquel entonces solo había tenido un descalabro ante Prescot y encausaba nuevamente su carrera de manera meteórica, sumando victorias ante rivales del calibre de Marco Antonio Barrera (siendo la última pelea de este y en estricta teoría el inglés lo retiró), el siempre difícil Pauli Malignaggi o el granítico Marcos Maidana, mandando a este último a la lona con un escalofriante gancho al hígado del que muchos no se hubiesen levantado y dando una de las peleas del año.  

 

Esta situación y el modelo de negocios Mayweather, en donde no se toman riesgos innecesarios no permitió que esta pelea se llevara a cabo nunca, y es normal ya que en ese momento Khan se encontraba en su prime y con una velocidad de piernas y manos simplemente inusual, lo cual le orilló a buscar otros retos quizá algo desatinados y otros más que fueron resultado de una soberbia boxística. Tal fue el caso de su derrota ante García, durante todas las entrevistas previas al combate, Khan se cansó de decir que García era un novato y lo iba a llevar a la escuela, lo que se tradujo en un contundente KO a favor del de raíces puertorriqueñas .  

 

La historia del boxeo se continúa reescribiendo y hay ídolos que quieren ser impuestos por medio del marketing y como mercancía exclusiva, pero algo que no se le puede reprochar nunca al de raíces pakistaníes es que todos sus logros en el deporte de los puños han sido incuestionables, así como esa valentía y garra que le caracteriza a pesar de sus limitantes físicas, disciplina casi militar y su amor por el deporte , en un momento se habló de una pelea de revancha ante el argentino Maidana y a pesar que ambos están en el retiro y fuera de su prime, algunos sueñan con que aún se concrete esa pelea de estos dos auténticos gladiadores, humildemente creo que a esta altura no tiene el menor sentido, sin duda merecen que sus nombres sean recordados en las páginas de la historia por lo que dieron en sus mejores momentos. 



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