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Barbados Joe Walcott, la leyenda de los welters

Barbados Joe Walcott, la leyenda de los welters

“El demonio de Barbados”



La preocupación, siempre presente antes de una pelea, se magnifica cuando los boxeadores no logran dar el peso, por otro lado esto ocasiona descontento en muchos fanáticos y con razón. Es un requisito fundamental llegar en peso a un pleito, y un verdadero profesional asegura el cumplimiento de su obligación contractual. Pero ya sea que Floyd Mayweather intencionalmente llegara con sobrepeso ante Juan Manuel Márquez en 2009, Canelo Álvarez insistiendo en los pesos pactados para diferentes combates, o Adrien Bronner y Julio César Chávez Jr. que muestran total desprecio por los límites de peso, todos ellos demuestran que muchos boxeadores no cumplen con su convenio. 

 

A menudo buscan sacar una ventaja, ya sea forzando a un oponente a secarse o aportando algo de peso extra a su favor sobre el ring. Obviamente existe una ventaja potencialmente injusta si un pugilista ha hecho los sacrificios necesarios para alcanzar el peso requerido y el otro no, o si un peleador es significativamente más pesado que el otro. Pero dicho esto, algunos fanáticos pueden sorprenderse al saber que muchos grandes del pasado consideraban el pesaje y las ventajas de peso como cosas que influyen tanto en su peligroso oficio, como la humedad relativa o el tamaño del zapato de un oponente. 

 

Gladiadores intrépidos como Sam Langford, Mickey Walker y Jimmy Wilde, nunca rechazaron un desafío por esta razón, especialmente porque sabían cómo convertir el mayor peso de un adversario en una desventaja para el propio involucrado. Uno de ellos fue Barbados Joe Walcott, o sea el Joe Walcott original, que no debe confundirse con el campeón mundial de peso Pesado Arnold Cream, quien se nombró a sí mismo Jersey Joe Walcott, en homenaje al legendario guerrero a quien consideraba el mejor púgil que jamás haya existido. El Walcott original nació en la Guayana Británica, pero pasó la mayor parte de su infancia en Barbados, antes de mudarse con su familia a Massachusetts, EE. UU.

 

Allí  de joven se desempeñó en varios trabajos, incluyendo ayudar a barrer en uno de los muchos clubes de boxeo de Boston. No pasó mucho tiempo antes de que Walcott comenzará a entrenar y a aprender el oficio. Sus habilidades naturales pronto salieron a la luz. Se convirtió en profesional en 1890, a la edad de sólo 17 años, y en cinco años se había establecido como uno de los peleadores más temibles y poderosos de EE. UU. Los fanáticos de las peleas y los expertos de la época lo consideraban nada menos que el peso Welter más duro que jamás habían visto. Las habilidades de Walcott derivaron en gran parte de sus dones físicos que no tenían nada que ver con el tamaño y el peso. 

 

Todo tenía que ver con su descomunal fuerza natural, poder, resistencia y durabilidad. Con menos de 5 ‘2 ” de estatura, Walcott lucía una enorme parte superior del cuerpo para su talla, con un cuello de 45 cm de circunferencia, un pecho de 41 cm de ancho y brazos largos y poderosos. Nat Fleischer lo describió como un “Hércules recortado” y “un golpeador anormalmente poderoso”. La Gaceta de la Policía Nacional se maravilló del poder de Walcott, afirmando que un golpe limpio de Joe era igual a cinco de su oponente…Al igual que otros peleadores negros de la época, como George Dixon, Joe Gans o Sam Langford, a Walcott le resultó difícil asegurar una oportunidad por un título mundial, o conseguir un trato justo. 

 

Habiéndose establecido como uno de los mejores pesos Welter del mundo, el actual campeón, Tommy Ryan, lo evitó, lo que obligó a Walcott a intentar ir por el título de peso Ligero de Kid Lavigne en 1897. Agotado por el esfuerzo para hacer el peso, Walcott llegó a una decisión cerrada. Al año siguiente perdió otra decisión cerrada en un intento por ganar el título de peso Welter de su gran compañero “Mysterious” Billy Smith. Walcott finalmente tuvo otra oportunidad por el campeonato de peso Welter, cuando se enfrentó a Jim (“Rube”) Ferns en 1901 y esta vez Walcott ganó por KO en cinco vueltas. 

 

Mantendría el título hasta 1904, cuando perdió ante el legendario Dixie Kid por polémica descalificación (más tarde se estableció que el árbitro había apostado por Dixie), en el primer combate por un título mundial, entre dos boxeadores negros. Pero como cualquier historiador del boxeo sabe, los cinturones de campeonato realmente tenían muy poco que ver con la verdadera grandeza del boxeo durante la era de Walcott. Por ejemplo, Langford recibió sólo una oportunidad de ganar un título mundial en su increíblemente larga carrera, que fue una guerra de 15 asaltos con Walcott, que terminó en empate, pero Sam es legítimamente considerado como uno de los mejores peleadores de todos los tiempos. 

 

En cambio, son las muchas peleas de Walcott contra oponentes mucho más grandes las que distinguen al “Demonio de Barbados” como un genuino inmortal del cuadrilátero. Frustrado por las dificultades para asegurar combates contra los mejores pesos Welter de sus días, Walcott emitió demandas públicas para enfrentarse a los mejores hombres grandes, y cuando se le dió la oportunidad, sorprendió generalmente superando a sus oponentes mucho más altos y pesados. Oportunamente, es a Walcott a quien se le atribuye la máxima atemporal: “Cuanto más grandes son, más duro caen”. Para ilustrarlo, el manager de Walcott, Tom O’Rourke, también manejó a Sailor Tom Sharkey, uno de los principales contendientes de peso pesado de la época que llegó dos veces a la distancia con el campeón de peso pesado James J. Jeffries. 

 

O’Rourke declaró que tenía que evitar que Walcott peleará con Sharkey porque Joe seguía derribando a Sailor Tom. Otro ejemplo: el Boston Herald de agosto 28, 1895, informó que Walcott pesaba sólo 138 lbs contra las 155 lbs de Dick O’Brien, pero O’Rourke tenía tanta confianza en su pupilo que renunció al peso. Walcott noqueó a O’Brien en el primer asalto. Walcott también venció a varios de los mejores pesos medios, incluidos Jack Bonner, Tommy West, Kid Carter, George Cole y Joe Grim. Peleó contra el campeón de peso Semipesado George Gardner, dos veces en combates sin título, ganando una vez por decisión en 20 asaltos. Pero quizás el mejor ejemplo de la asombrosa capacidad de Walcott para derrotar a hombres mucho más grandes, es su victoria sobre Joe Choynski, un peso pesado formidable y poderoso que había competido con rivales como Sharkey y Jeffries, así como contra James J. Corbett, Bob Fitzsimmons y Jack Johnson. 

 

Choynski superaba a Walcott en unas treinta libras y era un favorito de cinco a uno, pero Walcott demostró su asombrosa habilidad y poder cuando derribó a Choynski varias veces en camino a ganar con un paro en el séptimo asalto. El equivalente contemporáneo de esto sería “Erroll Spence Jr. enfrentando a Bivol y ganando por KO”. La inmortalidad boxística de Walcott se basa en hazañas asombrosas, así como en la estima que sus contemporáneos le tenían. El campeón de peso Pesado Jack Johnson calificó a Walcott como uno de los peleadores más poderosos de todos los tiempos. El propio Langford le rindió a Walcott el gran tributo de ubicarlo en la cima cuando se hablaba ‘del golpeador más peligroso que había encontrado en su increíblemente larga carrera’. 

 

“Fue el peleador más duro que he conocido”, dijo Langford, recordando su pelea de 1904, que según los informes, fue una guerra de 15 asaltos furiosa y llena de acción. “Nunca antes ni después me habían golpeado con tanta fuerza y ​​con tanta frecuencia… y nunca le di más golpes a nadie de los que le lancé a Joe Walcott esa noche”. En 1904, Walcott se disparó accidentalmente, lesionándose la mano derecha, y no compitió durante dos años.  Regresó al ring muy disminuido antes de retirarse finalmente en 1911. Desafortunadamente, Walcott había vivido rápido, derrochando sus ganancias del cuadrilátero en los vicios habituales, y en sus últimos años luchó por arreglárselas antes de ser contratado como custodio del Madison Square Garden. 

 

Murió en 1935 después de ser atropellado por un automóvil. Tanto Nat Fleischer como Charley Rose, calificaron a Walcott como el mejor peso Welter de todos los tiempos y el historiador Monte Cox afirma que “su éxito contra hombres de pesos mucho más altos lleva a uno a creer que ningún peso Welter moderno podría haber ido muy lejos contra él”. Sin duda, “El demonio de Barbados” siempre se erige como un verdadero Libra por Libra y quizás el mejor “asesino de gigantes” que el deporte haya conocido.



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