Un noqueador formidable
Ricardo “Pajarito” Moreno nació en febrero de 1937 en Chalchihuites, Zacatecas, Mexico. Comenzó de muy joven trabajando como herrero en las minas, luego se trasladó a México DF, donde trabajaba como valet en un estacionamiento y terminó como muchos apuntándose a un gimnasio de su barriada, donde aprendió a boxear. El boxeo fue su pasión y comenzó a practicar en los ratos libres, casi sin experiencia amateur y sin haber realizado ni una sola pelea, se volvió profesional con solo diecisiete años en 1954.
En poco tiempo destacó por su fulminante pegada, ganó 19 de sus primeros 20 combates y todos por KO, no tenía casi técnica pues no tuvo casi formación, dependía de su instinto y de la tremenda potencia de sus puños. Gana varias peleas más, sufre algún revés también, hasta que empieza a pelear en EE. UU. donde gana cuatro o cinco combates en forma explosiva y en noviembre del ‘57 enfrenta a Ike Chestnut rankeado número 2 del mundo entre los plumas, Pajarito lo derrota por KO en la ronda 6.
Esto lo lleva a enfrentar el 1 de abril de 1958 por el Título Mundial al nigeriano Hogan Kid Bassey, monarca de los plumas, el evento se lleva a cabo en Los Angeles, California. El mexicano sale como una tromba desde la campanada inicial, llevándose por delante al sorprendido campeón quien a duras penas se puede defender, el público en mayoría latinos, estalla en festejos cuando ven a su ídolo dominando el juego en forma apabullante. La ronda dos sigue más o menos en la misma tónica con el campeón comenzando a ubicarse un poco en la pelea.
En el tercer capítulo Pajarito seguía con su ataque constante pero desprolijo, cuando sobre el final de la ronda el nigeriano lo toma de lleno con un derechazo a la cabeza y lo derriba por toda la cuenta. KO y fin de un sueño que no fue. La realidad es que Moreno era todo coraje y pegada pero no mucho más, Bassey era mucho mejor boxeador de hecho unos meses después defiende nuevamente su título venciendo por KO al gran Willie Pep, lo que demuestra el nivel que tenía el boxeador africano.
Desde poco tiempo antes en la vida de Pajarito se había cruzado el mundo de la farándula, lo contrataron para un papel en la película “Policías y Ladrones” de 1956. Al año siguiente trabajaría en “La sombra del otro”, junto a Ana Bertha Lepe y las hermanas Lorena y Tere Velázquez, el mundo del cine lo cautivó; tuvo una historia de amor con Ana Bertha, incluso se hizo gran amigo de Germán Valdés (Tin Tán), de quien se dice le enseñó a vestirse a la moda, también comenzó a beber, a asistir a fiestas, irse de parranda y demás.
Sabemos que ese tipo de vida no se lleva con el deporte y menos con uno tan exigente como el boxeo profesional. Entre 1960-61 peleó seis veces y perdió tres, luego a la vez que ascendían sus acciones en el mundo artístico bajaba el interés de parte del mundo boxistico por nuestro protagonista. Una gran pena y desperdicio de talento, pues a esa altura tenía solo 23 años, podría haberse puesto a trabajar en serio junto a un buen trainer y de seguro hubiese llegado a ser campeón del Mundo, en lugar de eso colgó los guantes por dos años.
Se dedicó a la “buena vida”, a gastar el dinero que había ganado, se compró un Cadillac, vestía trajes ingleses, adquirió una mansión en el Pedregal de San Ángel, una embarcación en la que se iba de parranda con sus amigotes, también compró un restaurante en Acapulco y hasta se cuenta que se paseaba por las mesas mientras encendía sus habanos con billetes de cien pesos.
En 1964 retorna al cuadrilátero, pelea 12 veces en el año y vence en todas por KO, pero 7 ante debutantes y las restantes ante púgiles sin nombre y con muy pocos combates. Comienza 1965 con tres victorias por KO ante boxeadores de récord negativo, luego ya de nuevo en EE. UU. comienza a elevar el nivel de su oposición y sigue ganando hasta enfrentar en Marzo y Junio de 1966 a Raúl Rojas, uno de los mejores plumas del momento quien tenía una sola derrota en pelea por el título del Mundo ante el gran Vicente Saldivar. Rojas lo vence a Pajarito ambas veces por KO, tiempo después Rojas se coronaría campeón del Mundo. Moreno tras esto combatió solo tres veces más, perdiendo dos y ganado una y luego se retiró definitivamente.
En el momento en que volaba más alto, roció sus alas con alcohol y les prendió fuego… los lujos, el despilfarro, la noche, la mala vida en fin, lo consumieron, le arrebataron todo, su carrera, su fama, su dinero, todo lo que había conseguido. Se dice que estuvo internado algo más de un año en un hospital psiquiátrico campestre cerca de Puebla, pues se hallaba en la indigencia absoluta. Al salir se dirigió a su natal Zacatecas, de allí más tarde a Ciudad de Durango donde lo dejaron dormir en un cuartucho, lejos de todo lujo y olvidado por la gente, falleció en un camastro durmiendo sobre un cartón el 24 de Junio de 2008, la revista “The Ring” lo colocó 76 en su lista de los mayores noqueadores de todos los tiempos.
