Jermell Charlo siempre ha sido un visualizador y un planificador.
Antes de convertirse en campeón indiscutible, el jugador de 33 años lo visualizaba constantemente. Lo pensó antes de acostarse por la noche y a primera hora de la mañana. Finalmente, con victorias por nocaut sobre Tony Harrison, Brian Castaño y Jeison Rosario, esas visiones se hicieron realidad.
Visualizar es una cosa, pero crear y actuar en función de esos planes es algo completamente distinto.
Habiendo competido en 154 lbs desde 2010, Charlo vigilaba de cerca a prácticamente todos en la división de peso superwelter.
Una pelea contra Canelo Álvarez siempre ha sido algo que Charlo quiso. Al final, con la estrella mexicana alejándose cada vez más de él en términos de peso, Charlo aceptó que algunas cosas simplemente no están destinadas a ser así.
Un día aparentemente normal, el teléfono de Charlo empezó a sonar. Álvarez estaba en la otra línea. Dos categorías de peso y 14 lbs no fueron suficientes para impedir que Charlo aceptara el desafío de Álvarez.
Hasta cierto punto, la carrera de Charlo ha girado en torno a Álvarez. Entonces, a pesar de que las negociaciones para su enfrentamiento del 30 de septiembre se produjeron por capricho, Charlo no se sorprendió precisamente.
Con la oportunidad de convertirse en campeón indiscutible en apenas su primera pelea en las 168 lbs, tener la mano levantada en señal de victoria ahora consume a Charlo. Dicho esto, empiezan a surgir nuevos pensamientos.
El paisaje de las 168 lbs siempre ha sido una de las aguas más profundas y llenas de tiburones de todo el boxeo. El nativo de Houston nunca se imaginó enfrentándose a hombres con el tipo de tamaño que lo colocaría en una desventaja obvia.
Sin embargo, independientemente de quién sea lanzado en su dirección, mientras elimine a Álvarez, Charlo estará dispuesto a enfrentarlos a todos.
“Tomo sus cinturones y luego tengo que pelear contra el monstruo mexicano (David Benavidez), Caleb Plant y tengo que pelear contra todos los grandes”, dijo Charlo a un grupo de reporteros. “Tengo todos los m———— tratando de pelear conmigo”.
