Este último fin de semana volvía al ring Anthony Joshua, después de su última derrota en la revancha que tuvo contra Usyk. Su rival era Jermaine Franklin, un púgil que no es de élite pero que al menos le podía servir a Joshua para recuperar confianza y ver si está con la capacidad necesaria para poder todavía hacer peleas importantes dentro del peso pesado. Como se preveía Joshua se llevó la victoria por UD, pero realmente no fue un buen pleito, digamos que ganó pero no convenció. Se le volvió a ver bastante contrariado al acabar la pelea y tampoco pudo noquear ni estremecer a Franklin.
Tras estas últimas actuaciones de Joshua, donde no se le ha visto bien, me hizo recordar lo que él mismo dijo en la conferencia de prensa de la revancha con Usyk. En aquella ocasión el boxeador inglés comentó algunas cosas interesantes sobre como se había sentido, en especial hubo una frase que quiero destacar, dijo: “Extraño los días en que cortaba los rostros de mis rivales”. También expresó que se sabía menos feroz y no aturdía tanto a los rivales con su golpeo, ya que pensaba más en la defensa. Evidentemente Joshua echará de menos la época donde sus KOs venían seguidos unos detrás de otros y donde practicamente lo vendían como si fuera el Hércules negro.
La realidad no es que Joshua quisiera ser más defensivo, ni que de pronto perdió las ganas o el poder de sus manos. Lo que pasa es que cuando el nivel de tu oposición sube, y en este caso te ves cara a cara con la élite, noquear ya no es tan fácil. No te basta con esperar aterrizar un buen golpe. Desde que Joshua se convirtió en campeón, más de uno por aquí criticábamos que estaba evitando a ciertos boxeadores. Especialmente a púgiles como Wilder o King Kong Ortiz, y bueno, tampoco lo vimos pelear contra Tyson Fury. Por aquel momento muchos de sus supuestos fans (me acuerdo) lo defendían mucho, para más tarde olvidarse de él una vez que perdió. Cosa a la que estamos muy acostumbrados actualmente.
Yo en particular nunca dije que Joshua me pareciera mal boxeador, al contrario, me parece un púgil con calidad y que cuando se sube al ring suele dar espectáculo. Lo único que no me gustaba era la imagen que se había creado y que estuviera siendo protegido dentro de la categoría de los pesados. Ahora el propio Joshua se ha dado cuenta que en el punto en el que está no va a noquear fácil, y que no es tan fuerte como se pensaba. Y eso está bien, porque nos demuestra una vez más lo importante que es que los mejores se enfrenten con los mejores, esa es la forma en que se limpia la tierra y vemos las verdaderas cualidades de todos los boxeadores.
Dejando un lado a Joshua, últimamente hemos visto otros ejemplos muy parecidos en los que de pronto el boxeador que a todo el mundo noqueaba, por alguna razón ya sus rivales no se caen. Recuerden lo que le pasó con Gennady Golovkin, un peleador que daba miedo, un récord de KOs y de defensas descomunal. Hablaban de él como el mejor peso medio de la historia. En fin, todos conocemos su historia deportiva…pues cuando la cuesta empezó a empinarse y aparecieron en su vida nombres como Daniel Jacobs, Canelo Álvarez, o Derevyanchenko, el poder del kazajo ya no era tanto. Incluso en las dos peleas contra Canelo, el mexicano no tuvo respeto alguno por la fuerza de GGG y soportó sin pestañear todo lo que este tiró.
Y no es que yo me vaya a poner a defender a Canelo y a alabarlo ahora, es simplemente lo que pasó. Gente como Steve Rolls, Lemiux, Martyrosian, etc, etc, se caían, pero al subir el nivel la cosa cambió. Eso es lo que al final te acaba haciendo dudar de tantos records inflados que se ven en el panorama boxístico. ¿Hubiera GGG noqueado a Andre Ward o a Dimitri Pirog?, ¿o incluso al propio Demetrius Andrade? Yo creo que no, aunque nunca lo sabremos porque no pelearon. Por último hay que recordar un caso todavía más cercano. Me refiero al del puertorriqueño Edgar Berlanga. Este chico traía un récord que asustaba, ganando por nocauts en el primer asalto a todos sus rivales. De hecho en poco tiempo se había convertido en la gran atracción de las veladas, siendo nada más que un prospecto.
Claro, tu mirabas sus rivales y sinceramente a ninguno lo conocías, parecían nombres elegidos al azar de una guía telefónica. Pero en fin, fuera como fuera acababa con ellos sin pestañear. Después de 15 peleas, ya decidieron subirle un poco el nivel, tampoco es que lo pusieran contra la élite, pero al menos gente con experiencia como Marcelo Coceres, Demond Nicholson o Alexis Angulo. El resultado fue que desapareció la magia. Ya no había contrincantes rodando por los suelos al primer golpe. Al contrario, no sólo le aguantaban si no que también golpeaban y aunque Edgar Berlanga ha seguido ganando, muchas de esas peleas han sido igualadas. E incluso muchos lo vieron perder alguna de ellas.
Con esto no quiero decir que la carrera de Berlanga se vaya acabar aquí o que no tenga futuro, ya que este chico todavía es joven y puede mejorar. Lo que yo expongo es que la realidad es la que te pega en la cara cuando quitas el velo que te ponen en los ojos con los récords inflados. Y por supuesto, siempre que en cualquier división veas que unos púgiles se están evitando, sea cual sea el pretexto, siempre habrá que poner en interrogación el desempeño real de estos púgiles, se llamen como se llamen. Y decir eso no es estar en contra de tal o cual persona o ser un hater, es simplemente que para analizar cualquier situación no puedes seleccionar sólo lo que te interesa a ti o lo que quieres, tienes que ver el cuadro completo.