¡No más Loverchenko!
Este sábado pasado 20 de Mayo en el MGM de Las Vegas, EE. UU. asistimos a un combate entre dos boxeadores de distinta generación, un combate que fue una especie de partida de ajedrez, donde los dos púgiles buscaron la victoria con diferentes estrategias durante el mismo, no en vano los contrincantes son boxeadores de gran versatilidad que demuestran que el boxeo es un arte, donde se trata de pegar y evitar ser golpeado, pero sin rehuir al intercambio cuando este es necesario.
Devin Haney ahora [30(15KO)-0], era el defensor de los cuatro cinturones, el favorito en las apuestas, porque no en vano es un 135 auténtico, que aún siendo joven (24 años) lleva ya siete años de profesional, donde su carrera ha sido construida con solidez y tranquilidad. Pero por desgracia es un boxeador poco apreciado, más bien ninguneado, por tener un estilo de boxeo basado en el jab y los movimientos defensivos, pero como vimos ayer, es algo más que eso, tiene armas para ajustar el plan.
Vasyli Lomachenko, ahora [17(11KO)-3], es un boxeador que no precisa presentación, no en vano ha tenido tratamiento de estrella desde el minuto uno en el boxeo profesional, su carrera ha sido diseñada para dominar las divisiones de las 126, 130 y 135 lbs, en 126 y 130 fue evitado por sus rivales, pero en las 135 su paso ha sido mucho más discreto, quedando claro que era demasiado pequeño para esa división, donde ha sufrido desde que subió a enfrentarse al venezolano Jorge Linares.
La pelea entre joven y veterano, fue bastante cerrada en la mayoría de los asaltos, pero High Tech volvió a pecar de “regalar” rondas en el primer tercio (el mismo error que contra Teofimo López), teniendo que remar en dirección contraria durante las dos terceras partes del pleito. Se esperaba un Haney que usará su potente jab, pero sin embargo utilizó el golpeó al cuerpo de forma efectiva durante el combate, Lomachenko como siempre dio muestra de su dominio del Sidestep y sus múltiples capacidades de golpear en ángulos.
Los números de golpes son parejos, con un Haney que acertó en 50 ocasiones en el cuerpo de su rival por nueve de Lomachenko, siendo el Ucraniano el dominador en golpes a la cabeza con 115 por 60 de Haney. En total un 110/405 de The Dream contra un 124/564 de Vasiliy, o sea un campeón más efectivo y pragmático, contra un aspirante con mayor volumen de golpeó pero muy impreciso, algo que jugó en su contra, porque esto no es ballet artístico, la técnica sin precisión no puntúa.
Al final tras 12 trepidantes e igualados asaltos se llegó a la decisión, las puntuaciones como era de esperar fueron complicadas, pero en esta ocasión dos de los jueces fueron sensatos, el tercero el polémico Dave Moretti desbarrancó con un 116 – 112 a favor de Devin Haney, los otros dos (Tim Cheatham y David Shuterland) vieron un 115 – 113 a favor de Haney también, una UD controvertida, porque lo más justo era una SD o incluso un empate, algo no es descabellado, pero la puntuación de Moretti da la impresión de resultado injusto.
Podemos entender que en una pelea tan cerrada, haya gente descontenta pero es injustificable la actitud de algunos periodistas, cuya objetividad brilla por su ausencia, bramando en las redes por un inexistente “robo”, no señores preguntar a blancos, latinos y gente de Top Rank, no es un muestreo decente, es una visión interesada y torcida, el boxeo no es lugar para hooligans movidos en parte por un racismo más o menos latente, donde Lomachenko era la última esperanza de caucásicos y gente antiyankee.
Los ríos de lloros de los supuestos seguidores del ucraniano, son tan lamentables como la tarjeta de Moretti, hablar de cátedra por bailotear, amarrar y fallar golpes no es boxeo, esto no es Got Talent, la parafernalia no puntúa, no se puede trasladar al pugilismo actitudes de grupos ultra. Es de suponer que en algunas tiendas se hayan agotado las existencias de Klennex, ante las miriada de llorones seguidores del High Tech, los conocidos Loverchenkos, que se han transformado en Llorachenkos, no señores no hubo ningún robo, una pelea cerrada, donde como otras veces pasó, le tocó ganar al favorito de la empresa (el mismo Lomachenko frente a Jamaine Ortiz) , por eso digo, no más Loverchenko y más ver el boxeo como un deporte, donde (normalmente) gana el mejor.
