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El mafioso que controló el boxeo con puño de hierro

El mafioso que controló el boxeo con puño de hierro




Con su cabello canoso, de buenos modales y muy caballeroso, Paul John Carbo tenía un comportamiento más parecido al de un abuelo generoso que a un matón a sangre fría. Mientras se sentaba en su mesa preferida de la cafetería “Garden”, tomando su café y ojeando las páginas de deportes del periódico de la mañana; al otro lado de la octava avenida estaba el Madison Square Garden, frente se encontraba esta humilde cafetería, era su lugar de negocios, una silla de oficina en todo el centro del establecimiento, en aquel tiempo dorado del boxeo. 

 

Alrededor de este personaje estaban parados en una fila, promotores, managers, entrenadores y boxeadores, todos armados de valor, con manos sudorosas, dudosos y muy ansiosos, el hombre que venían a ver tenía una reputación terrorífica y violenta. Paul Carbo, conocido como “Frankie Carbo” quién antes era un temible ejecutor para  “Murder Inc”, y ahora un prominente miembro de la mafia “Lucchese Crime Family” (La familia criminal Lucchese), tenía un control de mano de hierro en el mundo de peleadores por dinero “prize fighters” desde 1940 hasta los meses tempranos de los años ‘60s, controlándolo todo en el deporte del pugilismo, detrás de las cortinas como un “Zar” no oficial del boxeo, un individuo ficticio que muchos creían que fue el gatillo que mató al infame mafioso Bugsy Siegel.

 

Conocido como “Mr. Grey”, su reputación como un duro matón le vino muy bien en el mundo del boxeo, encontrando fácil hacer negocios cuando las personas se sentaban a su mesa con toda la parafernalia alrededor de él. Era más fácil decir si a sus demandas que correr el riesgo de encontrarse con un golpe de metal detrás de la oreja o como muchos otros, aparecer tirado en un callejón. Todos sabían de su viaje y estadía en la prisión de Sing Sing por disparar y matar un chofer de taxi, también se hablaba de que mato a Siegel, quien fue pieza clave en la creación de  las Vegas, el matón de Mickey Duffy y su asociación con la organización “Murder Inc”.

 

Un grupo de asesinos pandilleros ítalo americanos y judíos dependían completamente de la mano de Frankie, descripto por un abogado del distrito de New York, como “el más corrupto, corrosivo y degenerado que influyó en el deporte del boxeo “ y que no lo hizo solo, también tenía otro psicópata similar a él, llamado “Blinky Palermo”, un nombre derivado de su reputación, porque nunca fue capaz de mirar a los ojos de los que mataba. Entre Carbo y Blinky manejaron con mucha cautela sus maniobras escudándose en una empresa legitima bajo el nombre de “Club Internacional De Boxeo” donde las peleas eran a menudo arregladas, los jueces comprados y a veces si la mafia era buena orquestaban todo el espectáculo con  peleadores de ambos lados. Eso sí, las peleas casi siempre eran espectaculares. 

 

Frankie fue una máquina de hacer dinero. Una amplia serie de boxeadores por más de dos décadas del boxeo fueron víctimas de la mafia, algunos vivieron mejor, pero muchos fueron abusados y tirados al olvido. Jake LaMotta se enredó con la mafia y estuvo envuelto en aquel episodio donde vendió la pelea por $20K, el nocaut fue tan obvio que todos los asistentes silbaron a LaMotta, el pobre oponente terminó sin un centavo deambulando por las calles, víctima de la mafia.

 

Eventualmente en 1958 la ley logró apresarlos a ambos, a Carbo y a Palermo, cuando les grabaron realizando amenazas por teléfono con un valiente manager de boxeo que se rehusaba a renunciar a sus derechos sobre promociones de un boxeador en particular. Aún cuando estuvo en la cárcel “Rikers Island”, Carbo se las arregló  para seguir manejando sus negocios, tenía sus manos metidas en muchos movimientos dentro del boxeo, incluyendo un control absoluto sobre Sonny Liston

 

Entonces vino otro fracaso que dió camino a su derrota cuando fue obligado a testificar frente al comité del senado de los EE. UU. que ya se venía investigando por corrupción en los deportes. El abogado encargado del caso era nada menos que Bobby Kennedy, hermano del ex presidente “John F. Kennedy” que encabezaba la persecución, Carbo se defendió usando la quinta enmienda  25 veces, diciendo “yo no puedo ser obligado a ser testigo de mi  propia persona”, la mas famosa “Omerta”  usada por la mafia que se utiliza como un código de silencio, en 1961 después de un juicio que duro tres meses, él y Palermo fueron acusados de extorsión y conspiración, Carbo fue sentenciado a 25 años en la cárcel incluyendo reclusión en Alcatraz, que fue en un tiempo residencia de Al Capone.

 

Carbo surgió de las pandillas callejeras y fue el hombre más poderoso que el deporte haya conocido dirigiéndolo con las más maquiavélicas maniobras, generando millones a partir de la valentía de cada alma que se atrevía a poner un pie en el cuadrilátero semana tras semana. Sin embargo él con sus criminales y secuaces mancharon algunas de las noches más históricas en el boxeo, dejando muchas preguntas en cuanto a la legitimidad literal de cientos de encuentros boxisticos en Nueva York. Más allá, en la parte media del siglo XX y porque no decirlo, en nuestros tiempos aún sigue existiendo esa sed de control y deseo de ganancias siderales a cualquier costo y sobre el cadáver de quien sea.

 

 

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