El comienzo de la leyenda de uno de los mejores peso medio de la historia
Si leemos la opinión de los más selectos expertos del boxeo, seguramente encontraremos al argentino Carlos Monzón como uno de los tres mejores boxeadores de la historia nacidos en el continente americano. El sábado 7 de noviembre del año 1970, llegaba a Roma como retador ante el local, ex campeón olímpico y campeón mundial Nino Benvennuti, quien buscaba defender por quinta ocasión sus cetros WBC y WBA, ante su gente, en el PalaEur, escenario construido para los Juegos Olímpicos celebrados en la capital europea 10 años antes.
No entiendo italiano, tampoco lo hablo, pero conozco palabras y por lo que percibí en la transmisión en ese idioma, son los narradores más neutrales que he escuchado, repito, por lo que pude comprender durante la pelea. Otro detalle que quiero resaltar es que fue una pelea, llena de abrazos y rabbit punch* (golpes de conejo), que sinceramente no entiendo cómo no se les llamaba la atención o si en esos años ese golpe no era tan prohibido o de hecho no lo era. Ambos se conectaron más de 30 golpes muy peligrosos.
El combate cuando tuvo acción siempre mostró a un campeón con buen boxeo, conectaba golpes de poder que lograban tocar al retador argentino, quien hacía gala de un boxeo rústico y poco técnico, sin dudas el fuerte de Monzón era la pegada, su mejor momento para atacar estaba en la media distancia, ya que podía soltar ese golpe que lo inmortalizó, esa derecha amartillada que le hizo ganarse el respeto de muchos y llegó a tener el apodo de “Escopeta”, sobrenombre que le puso el cronista argentino Julio Juan Cantero.
Voy a desviar un poco el tema, cómo mexicano, he investigado sobre Carlos y siempre tuve referencia de que ese era su apodo, “Escopeta”, para el Sr. Eduardo Lamazon, jamás lo llamaron así, bueno después que le dí el dato de quién lo apodo así, aceptó que si tenía ese pseudónimo, pero nunca lo utilizó, aunque todos creo, al argentino lo reconocen con ese apodo. Bueno, volviendo al tema, Monzón con ese boxeo limitado y de buscar un solo golpe, le fue resultando y poco a poco sus ataques eran más dañinos en la humanidad del campeón italiano, que nunca dejo de ser alentado por su gente.
El mismo Nino llegaba preocupado a su esquina, quizás al no esperar esta calidad del sudamericano. Llegó el asalto 12, este que plasmó una imágen histórica, el momento en el que el argentino le daba a su país el primer campeón en esta categoría, la cuál dominó por años, el campeón cedió sus cetros ante un Monzón que fue al principio repudiado por la victoria sobre el campeón de casa y ante su propio público, pero al final aceptaron que hubo alguien superior y esa noche fue el sudamericano. Gran pelea de Monzón, muchos años después su vida daría un giro muy importante, pero eso lo contaré en otra ocasión.
Cómo dato al margen:
*Rabbit Punch: se adoptó ese nombre, por qué antes los cazadores golpeaban a los conejo en la parte trasera de su cabeza para quitarles la vida en forma rápida y segura, en el boxeo es un golpe que tristemente le ha costado la vida a algunos peleadores.
