El ídolo de todo México
La carrera del gran Sal Sanchez fué cómo encender una cerilla, su fuego apareció repentinamente, iluminó a todos y se apagó tan rápido como apareció, realmente una pena, muchos grandes campeones han fallecido aún jóvenes pero tendríamos que pensar mucho para encontrar otro caso que dejara tanto por dar aún, recién estaba entrando en su prime, le quedaban al menos siete años de carrera a tope de nivel, uno de los pocos casos que me vienen a la mente es el de Edwin Valero, pero ni tenía la calidad de Sal, ni de cerca enfrentó el nivel de oposición de este, ni era querido como un ídolo por todos.
Nacido en el Estado de México, comenzó a boxear desde pequeño y ya a los 16 años debutó en el campo profesional, mostrando grandes dotes, su marca de la casa eran una gran pegada, muy buena técnica, una stamina que muy pocos tienen y era un excelente contragolpeador, digno producto de la mejor escuela mexicana de boxeo, en sus primeros dos años como Pro, metió una seguidilla de 18 victorias, todas por KO, lo cual hizo saltar su nombre a los primeros planos nacionales, ya no como una promesa sino como una sólida figura; empezaron a lloverle propuestas, periodistas que buscaban entrevistarlo y demás.
En 1977 se enfrenta a su compatriota Antonio Becerra por el título Gallo de su País y pierde una reñida DU, le sirvió mucho este traspié ya que no volvería a perder jamás y en su efímera carrera dejaría una marca de [44 (33KO)-1-1]. En 1980 y siendo un jovencito de solo 21 años venció al fiero Danny “Coloradito” López, un durísimo noqueador estadounidense de sangre ‘Piel Roja’, que venía arrasando la categoría, Sal se consagra Campeón Mundial, título que ya no perdería y defendería en nueve oportunidades, en peleas que están en la Galería de Oro del Boxeo mexicano y Mundial.
En agosto de 1981 tiene lugar en el famoso “Caesars Palace” de las Vegas NV, la pelea más importante de su vida, la que lo marcaría y convertiría en héroe nacional de su País, una de las mejores y más salvajes peleas de peso Gallo de la Historia entre dos de los mejores boxeadores latinos que pisarán un Ring, enfrente estaba el gran Wilfredo Gómez una máquina de aplastar no solo mexicanos sino todo contrincante que le pusieran enfrente, un gran boxeador en su apogeo y con una capacidad de KO alucinante, Wilfredo en la previa pronosticó destruir al mexicano en 8 vueltas, se mostró muy altivo y soberbio….
Sal por su parte como toda su vida lo fué se mostró sereno, tranquilo y callado, la noche de la pelea el “Caesars” explotaba!! la expectativa de los fans, el show, el periodismo de todo el mundo deportivo estaba ahí, fué una auténtica fiesta del Boxeo y arriba del Ring Sal dió una clase magistral del mejor boxeo, se mostró sereno, expectante, dejándolo venir a Gomez y trabajando sobre sus errores, esto pronto dio resultados y el boricua ya en el 1er round conoció la lona por primera vez en su gloriosa carrera, se recuperó pero ya en su mente sabía que la noche venía complicada, no iba a ser el mero trámite que había imaginado, enfrente tenía una pared que soportaba todo y encima devolvía con poder y precisión.
Por último en una pelea en donde Sanchez siempre dominó, lo remata a Wilfredo con un tremendo KO en el asalto 8, justo el round en que Gomez había pronosticado lo opuesto, desde ese día Sal Sanchez entró por la puerta del corazón de toda la fanaticada de su País, se convirtió en ídolo eterno y en una de las figuras del Boxeo Mundial, hace varias defensas más ante rivales de fuste como Juan Laporte, revancha y nuevo KO ante Danny López y en su última pelea a comienzos de 1982 en el legendario Madison Square Garden de NY, enfrenta a un joven en ascenso, el ghanés Azumah Nelson un gran boxeador y durísimo rival, al decir de muchos la pelea más difícil y dura en la carrera del “Chava” así y todo se impone por un KO en el 15 y último round, sería la última vez que subiría a un Ring a disputar una pelea.
Se toma unos días de descanso y comienza a prepararse para su próxima pelea, que sería una revancha ante Juan Laporte en septiembre del ‘82 en NY, aprovechando que su abogado tenía un hermoso y cómodo rancho en Guanajuato, instala allí su campamento de entrenamiento y en una tarde de descanso se dirige con su flamante Porsche 928 a Querétaro a unos 60 kms al sur de donde se encontraba, allí pasa unas horas y emprende el retorno a la madrugada del 12 de agosto, según se dice manejaba a alta velocidad y al llegar a un curvón se encuentra con un lento y pesado camión de transporte de materiales para la construcción, elige sobrepasarse con tanta mala suerte que una camioneta venía por la mano contraria, no logra evitar el choque y se estrelló de frente, destrozando totalmente su coche y saliendo disparado a través de los vidrios….
Esa madrugada murió en forma instantánea una de las más grandes figuras del Boxeo Mexicano, un País entero lo lloró y lo llora 38 años después; nunca sabremos cuánto más hubiera dado, de seguro mucho, tal vez una revancha ante Wilfredo, quizás hubiese subido una o dos categorías, tenía físico para hacerlo, allí estaban Mancini, Arguello y porque no hasta Aarón Pryor, En 1981, con apenas 22 años, fue nombrado boxeador del año por la revista especializada Ring Magazine, junto a Sugar Ray Leonard, una leyenda del deporte. En 1999, la Associated Press nombró a Sal Sánchez el tercer mejor peso pluma del Siglo XX. Sánchez fue incluido en el Salón de la Fama del Box, un grande una figura que quedará marcada a fuego en la Historia grande de nuestro amado deporte.