Tenían cuentas pendientes
El 25 de julio de 1948 se disputaría el título de los pesos pesados entre dos titanes boxísticos, Jersey Joe Walcott y el campeón, Joe Louis. La primera y única vez que se habían encontrado en el ring se llevó la victoria Joe Louis en una polémica decisión dividida. Tan polémica, que se vió prácticamente obligado a tratar de zanjar la incertidumbre de la opinión pública mediante un segundo combate. A pesar de esto, a Louis le envolvía un aura de invencibilidad en los segundos combates desde que terminó en un asalto con Max Schmeling en su revancha.
Walcott, por su parte, fue un boxeador muy evitado en su época, ya que poseía un estilo complejo y peligroso. Contaba con un excelente juego de pies y podía terminar la pelea con una sola buena mano. Al sonar la campana del primer asalto ambos trazaron un círculo en el centro del ring. Walcott soltaba de vez en cuando tímidos jabs de izquierda a modo de sondeo. El retador presentaba una guardia mucho menos recogida que el campeón, respaldada por su alta movilidad dentro del cuadrilátero. Louis logró evadir uno de esos jabs de tanteo y le propinó una rápida combinación a su adversario, aprovechando el instante de vulnerabilidad que ese golpe fallido había ocasionado.
Walcott comienza a dominar la batalla
Al comienzo del tercer asalto, Walcott parecía más un bailarín que un boxeador, contrastando con el estilo austero y sin florituras de su adversario. En uno de sus bailes fusionados con el deporte logró esquivar un jab del campeón. Podía parecer un detalle insignificante, pero un golpe fallado puede resultar más doloroso que un golpe recibido, sobre todo si la culpa provenía de un gran movimiento elusivo del rival. Seguramente esto hizo mella en la psicología de Louis. Más adelante, en ese mismo asalto, Louis lanzaría un jab de izquierda dando un paso al frente y quedando desprotegido por un instante. En ese instante la mano derecha del retador se asemejaba a un cartucho de una escopeta a punto de ser disparado. Le propinó un directo que hizo al campeón tocar la lona. Sin embargo, Louis se puso de pie al instante y su rival no pudo finalizar la pelea antes de que sonase la campana de nuevo.
En el cuarto, Louis puso contra las cuerdas al aspirante, pero este se revolvió y le asestó rápidos golpes que obligaron al campeón a hacer uso del clinch. Durante el resto del asalto Walcott recurrió a su alto nivel de movilidad y ambos púgiles intercambiaron un par de golpes de poder. Era ya el quinto asalto y el retador parecía limitarse a puntuar mediante su jab de izquierda, cuando se dio una situación parecida a la que derribó al campeón en el tercer asalto mediante un nuevo directo de derecha. No obstante, esta vez aquel golpe pareció estrellarse contra un muro. Joe Louis no sólo se mantuvo firme sino que continuó aplicando presión sobre su rival. Daba la sensación de que la convicción del campeón nunca había sido tan férrea. Sin embargo, cuando Louis comenzaba a llegar con efectividad a su adversario, fue sorprendido por otro poderoso directo de derecha. El campeón se inclinó un instante y se repuso rápidamente.
Louis saca su superclase y le da vuelta al combate
Durante el transcurso del undécimo asalto el campeón estaba teniendo problemas para neutralizar el cabeceo del oponente, el cual hacía gala de sus mejores pases de baile. Esquivaba sus jabs de forma virtuosa, aunque se podía percibir cierto peligro en su manera de combatir dado su elevado nivel de exposición. En medio de sus movimientos de esquiva Walcott fue alcanzado por una consistente mano derecha del campeón. De esta forma Louis puso al retador contra las cuerdas. El campeón pasó de perseguir sombras a buscar el knock out. Alargaba su brazo izquierdo y le golpeaba con la diestra mientras el rival esquivaba ocasionalmente y lanzaba contraataques. En ese momento se abrió el espacio suficiente para huir de las cuerdas. A pesar de ello, Walcott se enfrascó plenamente en el intercambio con su rival. Una potente mano derecha aterrizó sobre el mentón del aspirante, la cual le provocó un aturdimiento momentáneo.
Louis no desaprovechó esta ocasión y dejó caer sobre el retador una lluvia de golpes que lo mandaron a la lona. Tal sucesión de golpes cambió el curso de la pelea y Walcott no pudo recuperarse en condiciones antes de que el árbitro terminase la cuenta. De este modo perdió la pelea. El campeón logró mantener la cabeza fría y aprovechar el exceso de confianza de su rival. Para algunos se trataría de la última pelea en la que Joe Louis estuvo en su máximo esplendor. Jersey Joe Walcott continuaría su larga travesía para conseguir el ansiado título y finalmente lo lograría.