“El diácono de Georgia” Una leyenda e inspiración para las generaciones que le sucedieron
Tiger Flowers nació en la ciudad de Camilla, Mitchell County, EEUU, en Agosto 5, 1895. Siendo un niño se trasladó con su familia a Brunswick, donde pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia. De jovencito comenzó a trabajar como estibador en la costa de Georgia, duro trabajo que contribuyó a forjar su fornido y fibroso físico, así como a desarrollar su fuerza. Allí comienza a boxear, atraído por los gimnasios de la zona. Poco tiempo después se muda a Philadelphia, Pennsylvania, donde prosigue con el Boxeo, pero recién para 1920, al radicarse en Atlanta, Georgia, se lo toma realmente en serio. Allí comienza a entrenar como todo un profesional, subiendo rápidamente en los rankings y haciéndose una gran reputación, en base a su estilo poco ortodoxo y muy complicado para cualquier rival, a su cualidad de showman y, por supuesto, a su mano izquierda, rápida como un relámpago.
Esa característica de showman arriba del cuadrilátero contrastaba mucho con su carácter apacible y de bajo perfil. En su vida social, era un devoto religioso, que llevaba su Biblia a todas partes, lo que le dio el mote del “Diácono de Georgia” (The Georgia Deacon). Flowers se convirtió en el primer afroamericano en capturar el título mundial de peso Medio y es el segundo representante de su color (tras Jack Johnson) en disputar un título mundial. Fue también el primero en lograr ser apoyado tanto por negros como por blancos, varios años antes de que Joe Louis se convirtiera en un ídolo nacional, independientemente del color de piel de sus fans. Lo que no pudo lograr, como muchos otros boxeadores de color de su era, fue ser aceptado por sus pares en igualdad de condiciones. Muchos boxeadores blancos lo evitaron y nunca lo quisieron enfrentar.
En sus primeros cinco años como profesional, combatió en 62 oportunidades [58(22KO)-8-4], subiendo al cuadrilátero un promedio de 12 veces al año, una auténtica salvajada!!! Para ese entonces ya era un reputado boxeador, cuyo nombre era conocido e inspiraba respeto a lo largo y ancho de EEUU y ya comenzaba a ser evitado por muchos boxeadores blancos. Para tener una dimensión de su grandeza y de lo terrible que era competir en la Golden Era, analizaremos un año en su carrera, concretamente 1924. En dicho año, para Agosto, Flowers ya había peleado en 19 oportunidades. En ese momento se le dio la oportunidad de enfrentarse ante el gran Harry Greb. Hoy día a una pelea de esa magnitud llegarían ambos boxeadores con al menos 4 o 5 meses de preparación y sin pelear con nadie en ese tiempo. Tiger no sólo llegaba con 19 combates ese año sino que antes de enfrentar a Greb, en Agosto 21, peleó dos veces ese mes!!! Y esos 22 combates fueron todas victorias…
El combate con Greb fue un enfrentamiento entre posiblemente los dos mejores peso Medio de ese momento. No siendo grandes pegadores ninguno de los dos, la pelea se basó en un duelo técnico por imponer cada uno su estilo, terminando sin decisión. La mayoría de los principales medios dieron un empate, pero la decisión de los periódicos (NWS) finalmente se inclinó por Greb quien, a la postre, resultó el ganador del match, que fue presenciado por 12.000 almas. Tras el combate, Greb dijo: “…es la primera vez que me enfrento a un boxeador con un estilo tan incomodo como el mío”. De yapa, en lo que restaba del año, peleó otras 16 veces, o sea, 38 ese año, con 37 victorias y esa única derrota muy ajustada ante Greb. Tendría su revancha en Febrero 26, 1926, cuando enfrentó a Greb en el Madison Square Garden de NY, derrotándolo por puntos en 15 asaltos y proclamándose campeón mundial de los medianos.
Seis meses después se volvieron a enfrentar y Flowers lo volvió a vencer, por SD, aunque muchos lo consideraron un fallo injusto. Entre ellos se encontraba Gene Tunney (amigo ambos), quien luego de la pelea, desde el Ring Side, dijo: ”creo que fue injusto el veredicto, yo vi ganar a Harry”. La pelea había sido otra vez un juego de ajedrez entre dos rivales de altísimo nivel, que se conocían muy bien y dieron un combate muy disputado, parejo y cerrado. Para Diciembre 12, 1926, Tiger perdería su corona de peso Mediano en un fallo controversial ante Mickey Walker, en Chicago. El combate fue a 10 asaltos, muy disputado. No hubo jueces, sólo el árbitro fue el encargado de dar el fallo y, ni bien sonó la última campana, se aproximó a Walker y alzó su mano ante la incredulidad, sorpresa y gritos de desaprobación de la mayor parte del público presente: el árbitro dijo que vio a Walker aterrizar los golpes más limpios y a Flowers en una actitud más defensiva.
Esto da una pauta de que muchos combates eran juzgados de una forma muy precaria, pues en una pelea de título mundial, que no se lleven tarjetas (aunque fuese sólo una) y que la definición esté supeditada solamente al subjetivo criterio del tercer hombre en el ring, es algo inimaginable sólo unas décadas después. Igualmente había un tejido mucho más oscuro sobre la derrota de Flowers. Por empezar era un negro peleando en Chicago, ante un blanco, cuyo manager era el popular “Doc” Kearns, quien mantenía estrechos lazos con la mafia de Chicago… Tras su derrota pidió una revancha pero Walker, asesorado por Kearns, no aceptó firmar por un segundo combate. Su último combate fue en Noviembre 12, 1927, venciendo a Leo Gates por TKO en cuatro asaltos. Atrás dejaba una corta y fructífera carrera en la que durante sólo nueve años peleó en 142 oportunidades, con 119 victorias.
Derrotó a grandes boxeadores como Maxie Rosembloon, Harry Greb, Frankie Schoell, Ted Moore, Jackie Clark, Lou Bogash, Jack Malone, Joe Gans, Ted Moore, Chuck Wiggins, Pete Lazlo, etc. En realidad nunca abandonó el Boxeo sino que la tragedia truncó su carrera. Sólo unos días después de su combate ante Leo Gates, Flowers se sometió a una intervención quirúrgica con el objeto de eliminar o mejorar el aspecto de algunas de sus tantas cicatrices alrededor de sus ojos. Aparentemente salió bien de la operación pero mientras despertaba de la anestesia, sufrió una descompensación, colapsó y falleció. Tenía sólo 32 años. No hay información clara y contundente de lo que pasó, si fue pasado de anestesia, intoxicado con algo u otro factor, lo que desencadenó su deceso. La noticia conmocionó a millares de fans del Boxeo, así como a otro tanto de feligreses que concurrían a la iglesia CME en Atlanta, dónde él era diácono.
También era un miembro destacado de la comunidad negra de Atlanta. Vivía en Simpson Road, en una de las casas más lujosas de la ciudad, era masón y miembro de otras logias como los Elks y Los caballeros de Pythias. Durante el traslado de su féretro, las calles fueron invadidas por más de 75.000 personas de todas las razas y a su servicio en el Auditorium de la ciudad, acudieron más de 7.000 almas. Atlanta no volvería a mostrar tanta angustia y dolor, a una escala tan grande, hasta el asesinato de Martin Luther King en 1968. Fue inducido al Salón Internacional de la Fama del Boxeo en 1993. Está considerado entre los mejores peso Medio de la historia del Boxeo. La revista “The Ring”, lo ubica como el quinto mejor mediano de todos los tiempos. Fue el único boxeador con récord positivo ante Harry Greb (una derrota y dos victorias). Sin dudas este Tiger fue un auténtico fuera de serie y una leyenda con mayúsculas.