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Historias de la mafia – Joe Barboza

Historias de la mafia – Joe Barboza

 El Rey del este de Boston



El matón más sádico de Boston soñaba con la gloria en el boxeo. La gente que conocía a Joe Barboza decía que tenia una presencia terrorífica, una mezcla de hombre despiadado y furioso que sin duda le sentaba muy bien durante sus años como el matón más brutal del bajo mundo de Boston, aun cuando se vestía con sus mejores trajes no lograba agradar. Barboza te recordaba a esos neandertales, tú te morías del miedo que te atacara, los más feroces criminales de Boston no querían tener nada que ver con él. 

 

Uno de sus más notables atributos era el morder a la gente, mordió a tantos enemigos que era fácil imaginarlo corriendo por las calles llenas de neblina como aquel hombre lobo ensangrentado devorando su presa. La mordida más famosa de su carrera tuvo lugar en un lugar llamado ”Ebb Tide Lounge” en Revere, una noche que se encontraba Henry Tameleo, un miembro de la mafia de New England vio a Barboza darle una bofetada a alguien con demasiada fuerza, Tamaleo le dijo a Barboza que parara de usar sus manos para maltratar a la gente. Inmediatamente Barboza se inclinó sobre su víctima y le clavó los dientes en su oreja, el hombre gritaba de dolor, en ese momento Barboza le dice a Tamaleo: “esta vez no tuve que usar las manos”. Ese día le pusieron el apodo de “El Animal”.

 

La Mafia de Boston hizo de Barboza algo así como un culto de su persona, no hay mucho escrito acerca de su carrera boxística, pero el deporte del boxeo significaba suficiente para el, ya que en su brazo izquierdo tenía un tatuaje de un par de guantes de boxeo y en su brazo derecho tenía otro tatuaje que decía: “nacido para perder”. Barboza empezó a pelear en los años ‘50s,. Su padre que también gustaba del pugilismo era odiado por su hijo, por esa razón siempre estaba tratando de sobresalir por encima de lo que su padre pudiese lograr en el arte de la “sweet science” (dulce ciencia).

 

Cuando Barboza no estaba inhalando disolvente de pinturas o bencina, estaba enfocado en el Ring. No estaba físicamente apto para el boxeo, su cuerpo era raro, un torso ancho y unas piernas de alfiler, eso sí, era un hombre muy fuerte. Bobby Quinn, fue una promesa del boxeo en los pesos pesados y tuvo un pequeño sparring con Barboza, y decía Quinn: “tú le puedes pegar a Barboza hasta que las manos se te caigan”. Inteligentemente lograba lo que quería, en una ocasión estaba en prisión y convenció a un guardia para que le ayudara a entrar cuchillos en la cárcel para venderlos. 

 

Tiempo después fue diagnosticado como un sociópata que no le servía la rehabilitación, cuando salió de la cárcel solo tenía dos sueños: 1. convertirse en boxeador profesional, y 2. ser el primer “no siciliano” en ser miembro de la mafia estadounidense; pero siendo descendiente portugués oriundo de Bedford no tenía ni un chance de pertenecer a “La Cosa Nostra”. Su arrogancia le hacía firmar como “El Rey del este de Boston” entendió que si quería pelear necesitaba un entrenador y contacto a Johnny Dunn, el cual le tocó entrenar a Bob Foster y Mickey Ward de Chelsea. Rápidamente lo puso a pelear, después de ganar dos peleas de tres fue arrestado por robo y enviado a una prisión estatal llamada “Walpole”, aún así seguía con la idea de pelear. 

 

Salió en 1960 con un plan de pagar a un experto para que le entrenara. Empezó a practicar sparring en el “New Garden Gym”, en la calle Friend, fue allí que Barboza conoció a Joe De Nucci. Decía De Nucci: “alguien me contactó para dar trabajo a un muchacho que acaba de salir de la cárcel, pero este no sabía ni lo que estaba haciendo, se veía fuerte pero nada más. Yo empecé a jugar con él y con ese temperamento explosivo me empezó a insultar” . Dunn tenía una tienda de motores para motonetas y le dio empleo a Barboza, y le dijo Nucci a Dunn: “asegúrate que llegue a tiempo al trabajo, hay que mantenerlo fuera de problemas”. Así fue que una tarde que estaban atascados en el tráfico un chofer de camión delante de ellos pensó que estaban muy cerca de él y les dio el dedo. Joe le dijo a Nucci: “¿tienes algo cortante?”, buscó en la guantera encontrando una navaja chiquitita. 

 

Salió del carro y por la ventana abierta de adelante empezó a darle punzadas al chofer, cortándole el brazo con pequeñas punzadas, el chofer del camión no lo podía creer. Joe regresó al carro y actuó como si nada hubiese pasado. Barboza ganó seis de sus siete peleas, salió en la mejor revista de boxeo como prospecto del mes, le hizo un cambio a su nombre por Barbosa y mintió acerca de su récord al asegurar que tenía más de 10 peleas con 0 perdidas. En el periódico “The Globe” presumía que en pocos meses tendría una pelea como titular, pero pronto todo empezaría a caerse. En septiembre de 1961 peleó con Don Bale en el Garden, un peso medio que venía de perder dos peleas, procedente de Idaho y se suponía sería una pelea fácil para Joe. 

 

Pero Bale le lanzó un puñetazo a Joe en su colosal quijada y lo noqueó en la sexta ronda. Barboza no quiso pelear más y se retiró a la edad de 29 años, dejando un récord de [8(5KO)-2]. Tenía una buena derecha pero su verdadera vocación era estar en la mafia y satisfacer sus instintos criminales. El boxeo ganó mucho después que él se retiró, ya que Barboza desde ese momento se convirtió en el asesino más brutal de la ciudad. Su reinado de terror en un momento alcanzó 26 muertos, imposibles de verificar, las cifras de muertos bajaron con ayuda de la mafia que lo encubría. Barboza mataba con pasión y no importaba con cual pandilla o mafia lo hacía, estaba disponible para la mafia que gobernaba la parte norte de Boston.

 

Le daba igual “La familia patriarcal” de Providence, R.I. o la pandilla “Buddy McLean” de Somerville. ¿Quién iba a imaginarse que “The Animal” más tarde estaría colaborando con los agentes del FBI años antes de que Whitey Bulgar lo hiciera?. Se cree que Joe aceptó ser un soplón para las autoridades cuando estuvo en la cárcel por problemas de armas y se encontró con que allí se encontraban dos miembros de la pandilla de East Boston, él había matado a dos de sus miembros. Barboza al verles se escudó con los guardias pidiendo protección, la rata mas famosa de Boston agallinado y pidiendo ayuda.

 

“A Joe le gustaba escribir poesías y dibujar ” dice John Partington, Marshall de los EE. UU. “Yo le tenía. amor y odio al mismo tiempo” recordaba Partington. Barboza solo estuvo en la cárcel un año después que firmó con las autoridades y aceptó ser informante, acusando a un sinfin de miembros de la mafia y pandillas. Luego, bajo el plan de protección de testigos de crímenes, fue enviado a California. En 1972 apareció en público rodeado de 15 agentes policiales, sirviendo de testigo de las operaciones de la mafia “Patriarca Family”. Barboza subió al estrado y calmadamente acusó a Frank Sinatra, que era muy cercano a los Patriarca, declarando que sabía de los esfuerzos de la mafia para arreglar las carreras de caballos. 

 

Sinatra se levantó y negó haber estado envuelto en esos crímenes llamando a Barboza “A Bum” (vagabundo). El veredicto fue que Sinatra estuvo al frente del proyecto involuntariamente. Esto fue una pequeña victoria para Barboza en contra de los italianos. En febrero de 1976 se encontraba en San Francisco en un estacionamiento y se cruzó con un asesino de New England, quien le disparó a quemarropa, muriendo al instante a la edad de 42 años. El abogado de Barboza, F. Lee Bailey fue conciso en decir: “con todo respeto para mi ex cliente, no creo que la sociedad haya sufrido una gran pérdida”.



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