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¿Cómo analizar la carrera y el lugar que ocupa un púgil en la historia? Parte 2

¿Cómo analizar la carrera y el lugar que ocupa un púgil en la historia? Parte 2

Conozcamos más sobre Boxeo

 

Bueno, seguimos con esta columna que comenzamos ayer. Esta vez vamos a enfocarnos en los parámetros por los cuales juzgamos a un boxeador. Como muchas veces habrán leído o escuchado decir: “En el boxeo hay niveles”, “El boxeo es una cuestión de estilos”. Éstas dos frases son de una realidad incontestable, a continuación, explicaremos el por qué de ello. Sabemos que un boxeador comienza a formarse, en el 90% de los casos, en su adolescencia, entre los 12/14 a 18 años. Esto no es casual, es la edad ideal, cuando mejor se aprende y se asimilan los conocimientos. Para esto es primordial caer en manos de un buen entrenador, de gente que sepa de verdad, seria y que cuide al atleta por sobre todas las cosas.

Cuando observamos a un boxeador sobre el Ring, tenemos diversos parámetros para juzgar su nivel pugilístico y calidad, entre los cuales incluyo:

– Capacidad técnica: estilo de guardia, movimientos, desplazamientos, calidad con la que ejecuta cada golpe, variedad utilizada de los mismos, combinaciones, etc..
– Capacidad defensiva: esto incluye, guardia utilizada, juego de cintura, cabeceo, saber retroceder, ir hacia los lados y demás.
– IQ: coeficiente intelectual en pelea, lo cual tiene que ver con tener la capacidad de “leer” al rival, saber qué combinaciones y/o golpes utilizar en determinado momento, saber cuándo apretar, poner presión, cuándo hacer una pausa, cómo confundir al rival, ser consciente de cómo van las tarjetas, si está delante o atrás en las puntuaciones y muchos factores más. Por supuesto, en este último ítem (IQ), ayuda muchísimo la esquina del púgil, con la información que le dan en cada descanso entre asaltos y a veces durante el mismo.
– Preparación física: esto es fundamental, un boxeador mediocre entrenado al límite, puede vencer a un rival muy superior que venga con una preparación deficiente. Un gran campeón decía : “cuando te cansas, te pegan” y otro famoso y viejo adagio del boxeo, dice: “las peleas se ganan en el gimnasio”, lo cual es bastante cierto.
– En este último parámetro incluiremos los caracteres secundarios (no por eso, de menor importancia), estos son los innatos a cada boxeador, esos que se traen desde la cuna, que se pueden mejorar en el gimnasio, perfeccionar, pero “el que lo trae, lo trae y el que no, nunca destacará en ello”. Estos son: poder de pegada, velocidad de manos, velocidad de piernas y desplazamiento, reflejos, encaje (mandíbula), asimilación del castigo, mentalidad ganadora, resistencia física, fuerza, alcance, elasticidad, etc…

Por supuesto, no es tan sencillo en la práctica aplicar todo esto y juzgar el nivel de un boxeador, pues también depende del sentido común, la experiencia y conocimientos de quien lo haga, y de otro factor indispensable en la ecuación : “El nivel de oposición”. Cuántas veces hemos vistos tremendos noqueadores que en cuanto le alzan un poco el listón, ya no noquean más a nadie, o boxeadores técnicos, veloces y elusivos, que son pasados por arriba ni bien los ponen frente a un rival de experiencia y cierto nivel.

Por eso mismo es de vital importancia tener en cuenta el nivel de competición, para dar una opinión acabada sobre tal o cual púgil. Un élite, un gran campeón, o aún más, una leyenda, son capaces de seguir demostrando sus cualidades, sean estas, una gran defensa, pegada, velocidad, resistencia y demás, frente a otro boxeador de alto nivel, pues lógicamente ante un principiante, novato o un rival con 10 triunfos y 25 derrotas, cualquier boxeador de nivel aceptable, puede demostrar virtudes.

Así que cuando juzguemos a un boxeador, pensemos fríamente, dejemos de lado fanatismos, nacionalismos, preferencias y tratemos de ser neutrales y objetivos en nuestra opinión. Es difícil, lo sé, pero es la única forma de tener una imagen real y concisa del nivel de quien estamos analizando. Por eso siempre desde “Golden Era” tenemos como bandera el respeto y admiración hacia aquellos que arriesgan ante los mejores, los que se juegan de verdad. La meritocracia existe en el boxeo como existe en la vida, en la sociedad, etc.

Un boxeador se convierte en leyenda no por sus números o por ser invicto, sino por sus desafíos, riesgos tomados, logros y por el nombre e importancia histórica de sus rivales. Pongamos un ejemplo, ya que es una constante hablar de Canelo, por su fama, su exposición mediática y sus fans de plastilina, ¿qué tendría más valor una victoria ajustada en puntos ante Andrade o Charlo o un KO fácil sobre Fielding, Yildirim o un 147 lbs como Khan?, el boxeador que elige el camino fácil y privilegia su futuro económico y las grandes bolsas por sobre su legado y nivel de carrera, puede que termine millonario en el mundo actual, pero no pasará a la historia como una leyenda del deporte, tendrá millones de detractores, será víctima de burlas, etc…y esto es así, no se puede tener todo en la vida, uno elige lo que prefiere para si y luego tendrá que hacerse cargo de lo que prefirió.

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