Jaime Munguía consiguió una nueva victoria este último sábado tras superar de manera ajustada al ucraniano Sergey Derevyanchenko. Ahora el boxeador mexicano se pone con un record de 42 victorias, sin ninguna derrota. Esta pelea se disputó en la división del supermediano, y la verdad hay que reconocer que fue un encuentro emocionante donde hubo fuegos artificiales. De hecho, al principio parecía que no íbamos ni a escuchar las tarjetas por parte de los jueces porque los intercambios de golpes hacían prever un KO, que al final no se produjo.
Ahora, más allá del análisis de la pelea que cualquiera puede ver tranquilamente y juzgar lo que le pareció, aquí vamos a hablar de la figura de Jamie Munguía. En el pasado ya varias veces hemos escrito sobre él y la forma que está llevando su carrera, que la verdad deja mucho que desear. El combate contra Derevyanchenko estaba montado para que Munguía se luciera. Era un buen nombre para su récord, un tipo con experiencia pero ya de 38 años y cuya última pelea importante fue hace dos años ante Carlos Adames, con el que perdió.
Además Derevyanchenko es físicamente pequeño para las 168 lbs, de hecho es incluso un boxeador pequeño para las 160. Es decir, Munguía tenía una ventaja importante desde el terreno del tamaño físico, que era más que evidente. Por otro lado el ucraniano ha sido un boxeador que siempre ha dado buenas peleas a rivales como Golovkin, Jacobs, Charlo, etc , pero que le ha faltado ese punto de habilidad para poder ganarles claramente a los boxeadores de élite.
Aunque perdió de manera controversial alguna pelea nunca hemos podido considerar a Derevyanchenko un TOP en peso medio. Por tanto, como decimos, esta debía ser una pelea que ayudara a la imagen de Munguia. Lo que pasó, a mi juicio fue lo contrario, más que ayudar lo que hizo fue evidenciar las carencias del mexicano. Munguía estuvo en malas condiciones y a punto de ser noqueado, superado técnicamente en muchas fases de la pelea.
Teniendo en cuenta que Derevyanchenko no es un pegador y estaba cediendo ventaja física, esto es preocupante. Vimos un Munguía con muchísimo fallos defensivos, llevarse unos contragolpes brutales, y no hacer caso a la esquina cuando le decían que subiera las manos y que no entrara al intercambio sin defender. En definitiva, nada nuevo bajo el sol, pero con la salvedad que enfrente tenía un boxeador con ciertas condiciones y capacidades técnicas como el ucraniano que exponía más sus errores.
Al final todo esto te lleva a lo que tantas veces hemos dicho, y es que Jaime Munguía está viviendo como Peter Pan en el país de Nunca Jamás, sin crecer, boxisticamente me refiero. Se le está construyendo una carrera de manera artificial. Es tan evidente que hasta un ciego lo ve. No tiene sentido que se trate como prospecto a un tío que ya tiene 42 peleas profesionales y que ha sido campeón del mundo.
Es cierto que todavía es joven, porque tiene 26 años, pero eso nada tiene que ver, porque lo importante es ver el número de peleas que se tiene y en que punto de los rankings se está. Munguía no es un prospecto, ya no puede actuar así, porque lo que va a pasar es que no va a mejorar nunca con esa estrategia que le llevan haciendo desde su equipo y promotora. Está claro que es un activo económico importante, tiene una cierta imagen y fanaticada detrás, pero no es Canelo Alvarez.
La estrategia de inflar el globo mediáticamente más y más difícilmente le sirva a Munguía, como se hizo con Canelo Alvarez cuando estaba con Golden Boy. Si Jaime Munguía quiere hacer algo en el boxeo necesita exponerse ya, y por qué no decirlo perder algunas peleas, encontrarse con gente que de verdad le enseñe dónde está su nivel. Hasta el momento lo único que han hecho es vender humo con él, dedicarse a evitar a todo el mundo en 154-160 lbs, e intentar crear un ídolo donde no lo hay. ¿Hasta cuándo será el Peter Pan del boxeo?