El boxeo y el cine hermanados desde el comienzo
Hoy la idea de ir a ver una pelea de boxeo al cine puede parecernos extraña, pero lo cierto es que hasta que la televisión se convirtió en un fenómeno masivo, hacia 1950, todas las peleas se filmaban para ser presentadas en la pantalla grande. De hecho, podríamos pensar que el boxeo moderno y el cine crecieron de la mano y se alimentaron mutuamente. Ya en 1894 Thomas Edison, que recién había inventado el kinetoscopio (un antecesor del cine), filmó 10 asaltos de sparring entre el campeón Gentleman Jim Corbett y Peter Courtney, que se exhibieron en una sala de New Jersey bajo el título “Corbett vs Courtney before the Kinetograph”. A esa producción se debe el primer contrato de exclusividad de la historia, que fue firmado por Corbett con la compañía Kinetoscope Exhibition Co.
En 1897 se filmó “Corbett vs Fitzsimmons”, una pelea real que constituyó el primer largometraje de la historia del cine. La película, dirigida por Enoch Rector, duraba 100 minutos, incluía una introducción del ex campeón mundial John Sullivan presentando a los boxeadores, varios paneos del público llegando al estadio y escenas posteriores al combate. El film fue distribuido por The Veriscope Co., compañía de un ex socio de Edison, que se había llevado el contrato de Corbett. Durante 1897 y 1898 la pelea fue exhibida en cines de las principales ciudades de Estados Unidos, de Inglaterra y de Irlanda, y es considerada como el primer Pay per View de la historia del Boxeo. Lamentablemente sólo se han conservado fragmentos de este film.
Ya en la década de 1900 la práctica de filmar peleas se había hecho habitual y, de hecho, las ganancias por la comercialización de la película superaban con creces las ganancias por la venta de entradas. En estos años uno de los más boxeadores más filmados fue el célebre campeón Liviano, Joe Gans, cuyos combates ante Terry McGovern (1900), Battling Nelson (1906) y Kid Hermann (1907) han llegado hasta nuestros días. También se ha filmado un combate entre George Dixon (primer campeón mundial negro y primer campeón mundial canadiense) y Chester Leon en 1906.
Inmediatamente después surgiría un boxeador transgresor y provocativo, cuyo carisma acapararía toda la atención de las cámaras: Jack Johnson, el primer campeón mundial negro de peso Pesado. Seis combates de Johnson han sido llevados a la pantalla, lo cual constituía un récord en esos años. Además se han registrado entrevistas y sesiones de entrenamiento que se agregaban como introducción a las películas. Su primera pelea registrada fue frente a Tommy Burns (1908) y al año siguiente se filmó su esperado combate contra el campeón mundial Mediano, Stanley Ketchel. En 1910 la llamada “Pelea del Siglo” entre Jack Johnson y el ex campeón mundial Jim Jeffries, bautizado como la Esperanza Blanca, fue un récord histórico de taquilla, pero terminó produciendo un efecto inesperado.
Luego del combate se produjeron disturbios racistas a lo largo de todo el país, que dejaron un saldo de veinte muertos y cientos de heridos. Como consecuencia, la mayoría de los Estados prohibieron la reproducción de la película para evitar que los incidentes continuaran. Dos semanas después del combate el presidente Roosevelt sugirió que debería prohibirse el boxeo, por su efecto desmoralizante sobre la población. Dado que los negros tenían prohibido el ingreso a las salas, obviamente Roosevelt se refería a la población blanca, que se sentía humillada viendo como el campeón negro eliminaba, uno a uno, a todos sus retadores blancos. Los legisladores no llegaron a prohibir el deporte pero sí prohibieron el transporte interestatal y la proyección de películas de boxeo.
Esto supuso un severo revés para la producción de veladas boxísticas ya que, como hemos señalado, la mayor parte de sus ganancias provenían de la comercialización de las películas en las salas de cine. No obstante los productores seguían grabando con la esperanza de que la prohibición fuera levantada a la brevedad, pero eso no sucedió. Las cintas, por lo tanto, nunca se distribuyeron y la mayor parte de las películas de la década de 1910 se terminó perdiendo. Entre este grupo deben encontrarse probablemente las peleas de Harry Greb, que sabemos que han sido filmadas, pero ninguna ha llegado a nuestros días.
En la década de 1920, si bien la prohibición seguía vigente, fue perdiendo fuerza y las películas comenzaron a proyectarse nuevamente de manera clandestina, aunque a la vista de todo el mundo. Ahora las autoridades miraban hacia otro lado, porque el trono del peso Pesado lo había ocupado una estrella blanca, Jack Dempsey, de la que podían sentirse orgullosos. Aún se conservan sus peleas contra Jess Willard, George Carpentier, Luis Firpo, Bill Brenan y Gene Tunney. Otras figuras cuyas peleas han sido exhibidas en la década del ’20 fueron Benny Leonard, Gene Tunney y Tonny Canzoneri.
En los años ’30, a pesar de que la prohibición continuaba, la industria del cine de boxeo se volvió prolífica. Se fundaron varias empresas productoras, como Súper Sports Atractions, New Empire News y Garden Pictures Inc. entre muchas otras. En esta época ya podemos encontrar peleas de figuras como Henry Armstrong, Barney Ross, Jimmy McLarnin, Baby Arizmendi, Al Singer, Billy Conn, etc. Ya hacia el final de la década, cuando Estados Unidos se encontraba próximo a entrar en la Segunda Guerra Mundial, para aprovechar el fervor patriótico producido por Joe Louis, el gobierno decidió levantar formalmente la prohibición que aún regía sobre las películas de boxeo. Incluso, se abrieron salas de cine para negros con el fin de que estos se identificaran con su ídolo y se alistaran en las Fuerzas Armadas.
En la segunda mitad de la década del ’40, una vez terminada la guerra, el auge de la televisión fue desplazando al cine como medio de comercialización de las peleas de boxeo y, poco a poco, el noble arte fue abandonando la pantalla grande para centrarse en la televisión, que era capaz de llevar los combates a todos los hogares del país y reemplazaba el dinero de la comercialización de las películas por el de las publicidades televisivas y, más adelante, por el Pago por Evento. No debemos olvidar, sin embargo, que la posibilidad que tenemos hoy en día de ver las peleas de la Golden Era y a algunos de los mejores boxeadores de la historia se la debemos a la estrecha relación que durante cuatro décadas unió a la Dulce Ciencia con el Séptimo Arte.