Kiko Martínez vs Jordan Gill

Este pasado sábado vimos el retorno del dos veces campeón mundial, ciertamente favorito para todos los conocidos en boxeo, aunque de forma “sospechosa” el británico era el elegido para la victoria en las casas de apuestas. Realmente Kiko Martínez era un boxeador de demasiado empaque para el enésimo protegido (eufemismo de inflando) boxeador del “pirata” Eddie Hearn, inventor de eternos prospectos cortados por el mismo patrón: boxeadores con buen juego de pies, cero pegada y un récord lleno de victorias a los puntos y muy controvertidas.

Kiko “La Sensación” Martínez fue recibido a su llegada a Londres como un ídolo, sobre todo por los irlandeses, un pueblo hermanado con España por sus raíces católicas y su eterna lucha contra la “Perfida Albion”. Allí le conocen al español como “La Leyenda”, un nombre que después de sus muchas victorias contra boxeadores británicos e irlandeses, le viene que ni pintado. Un púgil con más de 20 peleas fuera de su país natal, razón principal de sus 11 derrotas, algunas bastante polémicas.

“La cuestión es que Jordan Gill sí parecía consciente del peligro del alicantino diciendo, Kiko será peligroso hasta con 100 años”.

Es este tipo de peleas donde el único con una perspectiva real es el propio boxeador, solo que los púgiles están hechos de otra pasta y siempre están dispuestos a pelear. El plan de victoria de Gill se resumía básicamente a aguantar las 12 rondas con los “patines” puestos y no ser alcanzado por ningún golpe, así poder llevarse un combate al estilo de Zelfa Barret, o sea de forma injusta. Vayamos al meollo del combate, en el primer asalto Jordan Gill cumplió con el plan y evitó los golpes del aspirante, quien se tomó esta ronda de estudio para ver por donde podía cortarle las alas y las salidas por los ángulos al campeón inglés. En ese asalto Gill sacó bien el jab y se anotó la vuelta con justicia.

En el segundo episodio Kiko metió más presión y se noto su efecto, porque Gill empezó a sentir los golpes al cuerpo y sobre todo una contra de Kiko dañó al inglés, asalto claro para el alicantino. El tercero fue una subida de marcha, donde la presión sobre el inglés era axfisiante, al poco de iniciar la ronda una derecha hace daño y el local recibe la primera cuenta de protección. Se puede observar la enorme fragilidad de Gill, que suple con valentía, pero Kiko no suelta la presa y sigue ejerciendo una presión enorme. Solo la movilidad del campeón evita un mayor castigo, pero da la impresión de que la pelea ya no se hará muy larga, cuestión refrendada por un preciso y precioso uppercut de derechas que manda a “The Trill” de nuevo al piso, solo la campana le salva de la derrota.

Parecía poco probable una remontada del púgil inglés, quien con la nariz rota y los ojos con hematomas, solo puede rezar a tener otro golpe de suerte como en su anterior envite. Pero para su desgracia, como decía Rich Grimes en la serie “The Walking dead”, la suerte se acaba alguna vez y esta noche pasaría algo parecido, pues tras sobrevivir de mala forma un minuto, otro gancho de derechas tumba por tercera vez a Gill. La pelea por entonces era una carnicería, ya algunos pedimos su detención, pero Kiko Martínez para despejar dudas mete un volado de izquierda que derriba por cuarta y última vez a su rival.

La esquina del inglés detiene el combate

Gill ha recibido en sólo cuatro asaltos una paliza y una lección de vida, está muy verde para mandar al “retiro” a la leyenda Martínez, quien ganó con una suficiencia insultante, muestra que los ingleses en su mayoría son boxeadores inflados, que cuando son expuestos quedan retratados con su verdadero nivel, algo bastante discreto a nivel mundial. Quizás de ahora en adelante su carrera deba ser llevada con menos ínfulas de grandeza y más realismo.

Kiko al final pidió a Leigh Wood y le ofrecieron a Mauricio Lara, quien obviamente no tienen nada que ver. Los seguidores de “La Leyenda” tendremos una oportunidad de verle otra vez más, no sabemos si contra Wood, Lara o cualquier otro, pero ya será durante el año 2023, con un Martínez cerca de los 37 años y 19 de carrera, una carrera profesional que le convierte en el mejor púgil español del siglo XXI, del que estamos viendo sus últimos combates, donde sin embargo se le vio mejor que en su anterior etapa. Se ve que el buen entrenador argentino Gabi Sarmiento ha insuflado un nuevo aire a la carrera del ya mítico Kiko, ya vemos, “La leyenda” nunca muere.