El título del artículo es una ‘máxima del boxeo’
Por Roly Nogales
Fajador, estilista, ortodoxo, poco ortodoxo, mexicano, argentino, etc… Los estilos que nos ofrecen los boxeadores a lo largo de los años, es el elemento más importante en el transcurso de una pelea. La realidad es que todos los deportes presentan una diferencia fundamental a la hora de colisionar, ya sea un deporte de equipo, entre jugadores o de combate, solo que en el boxeo se ve plasmado de una forma más clara y como ya se mencionó, es “EL” elemento.
Siempre fantaseamos con “¿Que hubiera pasado entre Ali y Tyson?”, o como también cae la duda sobre Chávez y Durán. ¿La velocidad de Sugar Ray Leonard o Roy Jones Jr.? Nicolino Locche contra Manny Pacquiao, una de mis dream match más soñados (en lo personal). Muchos nos fijamos solo en el nombre, sin embargo, sus estilos si bien los han pulido de una forma individual y han tenido éxito, son estilos que evolucionan con los años.
Joe Frazier es el ejemplo más cercano que vamos a tener de un Ali vs Tyson. El estilo de Frazier, la guardia cruzada, el predecesor del Peek a Boo que Cus D’ Amato aplicaría con Iron Mike. Usado para acortar distancia, con la stamina y determinación de Frazier, este demostró que Ali no era invencible. Y no fue algo de preparación, ni de edad, tampoco de lesiones u otras circunstancias, simplemente el estilo de Smoking Joe fue demasiado para la leyenda Ali. Frazier fue derrotado por Foreman, al cual Ali destrozó con el Rope a Dope, y no digo “destrozó ” en el sentido dominante, sino estratégico.
Ali absorbió mediante las cuerdas todos los impactos de Big George, incluso tuvo una preparación específica de sparrings para practicar esta técnica. ¿Por qué fue relativamente fácil contra Foreman y no contra Frazier? El estilo de Ali seguía siendo el mismo, pero con nuevas armas en su inventario, eso fue algo notorio en sus próximas dos fechas contra Frazier. Sin bien dije que Frazier contra Ali es lo más cercano que veremos a este último versus Tyson, no quiere decir que el resultado sea el mismo, ni mucho menos.
Entonces, el estilo debe imponerse sobre el adversario. Porque si bien al fan le gusta una batalla de sangre y zarandeos, es mucho más satisfactorio apreciar un combate en el más alto nivel pugilístico, donde ambos sean notorios en sus estilos, y ver quien logra imponerse sobre quien. Entonces, ¿hay un estilo que sea mejor que el otro? Claro que no, y ahí es cuando entra la disciplina del boxeador. El olímpico buscará dominio por puntos, el fajador buscará el KO, el estilista buscará quebrar la técnica del contrincante.
Muchos combates hemos visto como para decir que el boxeo evoluciona constantemente, los boxeadores de ahora son mucho mas rápidos y con una preparación profesional avanzada. Pacquiao y Márquez se fajaron en todos sus encuentros, Mayweather le bastó de una sola para demostrar una enorme superioridad ante el mexicano. No fue la carencia de Juan Manuel, sino la inteligencia de Floyd al estar preparado para boxear contra ese tipo de estilo.
Joe Calzaghe siempre me pareció un perfecto ejemplo de un boxeador que lleva la pelea a donde quiere, a su estilo, a su zona de guerra. Rocky Marciano, si bien sufriendo y atravesando adversidades, supo encontrar el KO en 43 de sus 49 victorias, porque siempre fue parte de su plan, algo tan simple como el KO sin más ni menos, a puro agazape y mandoble. Guerra de estilos fajadores, como Pryor y Argüello (mas allá de lo que digan de la botella alterada), Hagler Vs Hearns, donde vimos a un Hagler mucho más agresivo que de costumbre, buscando opacar la aterrorizante ofensiva de alguien como el Hitman.
Durán fue noqueado por Hearns, sin embargo se le vió muy bien ante Hagler. Eso mismo es el punto, por más reconocimiento, campeonatos, títulos o récords invictos, el estilo de un boxeador puede frustrar a cualquier otro. Esa es la dulce ciencia, lo que nos hace dudar a la hora de decidir un ganador. Ese factor sorpresa, es el estilo, y es determinante y hasta puede ser fulminante a la hora de subirse al ring. Los estilos hacen del boxeo un deporte apasionante e impredecible.
