La victoria del coyote
Todos hemos crecido con los dibujos animados de los Looney Tunes, tenían varios personajes interesantes. Pero uno a destacar era el de las peripecias del conocido como Coyote (Wile E. Coyote) en su lucha por atrapar al correcaminos. Básicamente los episodios trataban de los mil y un intentos del Coyote para cazar al veloz Correcaminos, que invariablemente acababan en un estrepitoso fracaso y con las trampas volviéndose en su contra, eran sobre todo famosos sus intentos con los explosivos marca ACME.
Hago esta alegoría por los constantes ataques, a los llamados boxeadores “correcaminos” en contraposición a los púgiles llamados agresivos que a veces son también nombrados como tirapiedras, pero otras veces si están dotados de fundamentos boxísticos para atrapar a los mal llamados correcaminos, que realmente en muchas ocasiones simplemente intentan poner en práctica el ABC de la dulce ciencia, intentar pegar sin que te peguen.
Este pasado jueves en Las Vegas, Nevada, EE. UU., asistimos a una velada donde el combate principal era la defensa del título de las 140 lBS de la WBO de Teófimo López, ahora [20(13KO)-1], que lo ponía en juego contra Jameine Ortiz, desde este último viernes [17(8KO)-2-1], como ya dije, si aparecía la mejor versión de López, debía superar con facilidad a su rival, pero en esta ocasión no salió ni el Doctor Jeckill, ni Mister Hyde, sino una nueva versión de Teófimo, la del llorón y perdedor Coyote de los Looney Tunes.
La pelea se le atragantó desde el principio al campeón, quien se mostró incapaz de cortarle el ring al aspirante, quien sí tenía claro su plan, que no era sino boxear, no correr como dicen algunos, ya que Ortiz como hacia el Correcaminos no solo “corre” sino que hacía su trabajo, anulando los “explosivos ACME” de Teófimo, quien totalmente frustrado dio un sucio cabezazo a Jamaine (que inexplicable no sufrió el descuento de un punto) y de forma infantil pedía a su rival que se quedase parado frente a él.
Que un boxeador exija a un rival que se deje pegar es andar mal de la cabeza (Mister Hyde), como es de esperar Ortiz no le hizo ningún caso y siguió a rajatabla el plan, puntuar y trabajar asalto a asalto. Sin embargo Teófimo volvió a mostrar sus carencias contra boxeadores que sepan hacerlo hacia atrás, como le pasó contra el español Sandor Martin, y asi nuevamente quedaron en evidencia sus limitaciones. El hondureño no sabe contrarrestar ese estilo y se limita a lloriquear.
Tras las 12 rondas la victoria debía ser para el aspirante Jamaine Ortiz, pero la larga espera para conocer la decisión no era buena señal para él. En una decisión totalmente delirante le dieron una decisión unánime (117-111 y un doble 115-113) al campeón Teófimo López, quien sabía que merecía la derrota, pero los intereses de Top Rank no iban (nuevamente) por una victoria del aspirante y despojaron a Jamaine por segunda vez en su carrera de una justa victoria, quien puede presumir de haber merecido ganar a Lomachenko y a Teófimo.
Estas victorias otorgadas de forma injusta de los Wile E Coyote del boxeo, son una lacra para este gran deporte. Porque se premia a los que no merecen una victoria y se condena a los boxeadores estilistas a derrotas injustas. Pero en este caso la inmensa mayoría han visto el resultado como un enorme agravio comparativo. Pero lo peor es que premiar a los Coyotes del boxeo, es como bien se relataba en un capítulo de “Padre de Familia” (donde por fin atrapa al correcaminos) acabar con el boxeo y esto nos guste o no es algo que no debe resultar indiferente. Boxear no es correr, sino ser inteligente, eso debe ser premiado y no castigado.
